SE ACABA EL TIEMPO DE REACCIÓN
Es viernes 30 de noviembre cuando escribo estas líneas. Es el día D, fecha límite de la amnistía fiscal. Cuando se publiquen estas líneas ya se sabrá si la amnistía se ha prorrogado o no. Hacienda y la clase política han repetido por activa y por pasiva que no habrá prórroga y, aún así, no estoy plenamente convencido de ello. ¿Por qué? Debe ser porque en política no siempre se hace lo que se dice. En otras jurisdicciones –tan respetables como la nuestra– dijeron que no extenderían sus amnistías y acabaron haciendo justamente todo lo contrario.
Dejemos este tema porque posiblemente mis dudas sean infundadas y hoy ya no toque hablar de la amnistía, un auténtico thriller con todo tipo de intrigas: dos decretos, dos informes interpretativos, una nota de los inspectores manifestando su desacuerdo, una orden ministerial recurrida ante la Audiencia y posteriormente desestimada, recursos al Constitucional pendientes de resolución pero ya olvidados por todos, etcétera. Emocionante y además acaba bien. A pesar de los problemas que surgen durante la película, los sectores público y privado colaboran para encontrar soluciones seguras que permiten que muchos ciudadanos hagan las paces con Hacienda.
Las consecuencias en caso de incumplir la nueva ley antifraude son durísimas
¿Y ahora qué? Dos reflexiones. La primera es que nuevos fondos son susceptibles de imposición y con independencia de la recaudación, que se sabrá en breve, más importante serán los futuros ingresos derivados de dichos fondos. La amnistía ha sido barata, en términos de coste asumido por aquellos que han regularizado. Pero esta sólo cubre hasta el 2010 y, por tanto, aquellos que se han acogido a la misma, ya han presentado o están a punto de presentar declaraciones complementarias de renta y patrimonio para regularizar el 2011. Aquí la cosa cambia, la renta y el patrimonio no son baratos, especialmente en Catalunya.
En el 2011, el tipo marginal de renta era el 49% (44,9% en Madrid) y 2,5% en patrimonio (0% en Madrid, al estar bonificado). Y, en el 2012, el marginal sube al 56% (52% en Madrid) y se mantiene en el 2,5% en patrimonio (sigue bonificado en Madrid). En mi opinión, un auténtico disparate. Aunque siempre se dice que Suecia y Aruba tienen tipos superiores, la realidad es que la fiscalidad individual en Catalunya es posiblemente la más alta del mundo si consideramos la progresividad de los tipos y el coste conjunto de renta y patrimonio (en Suecia y Aruba no tienen este último).
Aprovecho la ocasión para animar a nuestros dirigentes a mirar lo que pasa en el resto del mundo y conseguir que nuestro país sea más competitivo fiscalmente para retener y atraer talento de profesionales, emprendedores y empresarios. Mientras, es importante que se planifiquen las inversiones y se estructure el patrimonio para reducir la factura fiscal aprovechando las ventajas de la normativa.
¿Y qué pasa con los que no se han acogido a la amnistía? Si recapacitan aún pueden reaccionar y regularizar a un coste razonable hasta el 30 de marzo del 2013. ¿Qué pasa el 30 de marzo? Que entre las muchas medidas que contiene la nueva ley antifraude, en vigor desde el 31 de octubre, destaca una: la nueva obligación de información de los bienes situados en el extranjero, que deberá cumplirse no más tarde del 30 de marzo. Las consecuencias en caso de incumplimiento son durísimas.
Si Hacienda descubre la existencia de dichos bienes, se entenderá que su valor constituye un incremento de patrimonio no justificado imputándose al año más antiguo de los no prescritos. Es decir, aunque el contribuyente tenga un certificado del banco suizo X confirmando que tiene un millón de euros en un depósito desde el 2005, se entenderá por ley que ese contribuyente ganó el millón de euros en el año 2008 y tributará a su tipo marginal de entonces (43%). Por tanto, pagará 430.000 euros. Además, la nueva ley establece una sanción del 150%, 645.000 euros más, a lo que habrá que añadir los intereses de demora. Con todo, el contribuyente perderá el
España ya tiene más de cien acuerdos de intercambio de información con otros países
millón de euros y tendrá que utilizar sus ahorros declarados para hacer frente a la contingencia.
Pero el drama no acaba aquí. Como la cuota defraudada supera 120.000 euros, se podrá incoar un expediente de delito fiscal. Para más inri, el Código Penal está en proceso de reforma y contempla un endurecimiento de las penas llegando en algún caso hasta seis años de prisión y ampliando el plazo de prescripción penal a diez años.
Como consecuencia de este panorama digno de Hitchcock, viene la segunda reflexión: aunque la amnistía haya concluido, se puede regularizar siguiendo el procedimiento tradicional y presentando declaraciones complementarias de renta y patrimonio. Mientras no se incumpla la nueva ley, el coste será muy razonable, especialmente si se trata de dinero antiguo (obtenido antes del 2007). El contribuyente sólo tributará por los rendimientos y ganancias obtenidas tributando al tipo del ahorro, tipo reducido que se ha incrementado desde un 18% en el año 2007 al 27% en el 2012. Por el contrario, después del 30 de marzo, una vez incumplida la ley antifraude, la regularización será más cara al no poder justificar la adquisición de los bienes en un año prescrito y por tanto tener que tributar a tipos marginales.
Sin duda la amnistía ha tenido sus ventajas: no interrumpe la prescripción, tipos bajos (10%) sin recargos ni intereses, no es susceptible de comprobación aislada, etcétera. El procedimiento tradicional no goza de estos privi-
Si se defraudan más de 120.000 euros se podrá incoar un expediente de delito fiscal
legios, pero tiene una ventaja fundamental en comparación con la amnistía: las pérdidas patrimoniales son compensables con las ganancias patrimoniales y esto considerando el batacazo del 2008 ayuda a que los costes de la regularización tradicional puedan ser bajos. Pero, ojo, el tiempo se acaba y los riesgos se incrementan, no solamente por la nueva ley, sino también por la presión internacional (España ya tiene más de cien acuerdos de intercambio de información con otros países).
Ante esta situación, parece razonable aprovechar lo que podría ser una última oportunidad.