Oro, inversión estratégica
Los inversores internacionales están observando la evolución que sigue la cotización del oro con una creciente atención. La razón es doble: la elevada incertidumbre que hay en los mercados en general y el hecho de que la cotización de este metal muestra una tendencia alcista sostenida y al abrigo de casi todos los motivos de preocupación que embargan a la economía mundial.
“Este metal precioso parece una apuesta más segura que la deuda pública, de renovado interés y conviene reservar una posición en las carteras de inversión”, explica Luis Sánchez de Lamadrid, director general de Pictet WMen España. “Además es un activo que está poco correlacionado con las inversiones tradicionales en bonos o en acciones. De hecho, se trata de una inversión estratégica, con precio objetivo de 2.000 dólares hasta finales de este año y 3.000 dólares para el año 2015. Dependiendo del nivel de riesgo de los clientes puede pesar entre un 5% y un 8% en la cartera”, afirma.
Explica Pictet que el oro acumula una revalorización del 490% desde el año 2000, ya que por entonces cotizaba a 290 dó- lares la onza y ahora ha estado por encima de los 1.700 dólares, con una volatilidad o riesgo inferior a la de las acciones. Grandes inversores como Paulson o Soros han aumentado de forma espectacular sus posiciones en oro en estos últimos meses.
“Actualmente, las políticas monetarias le son favorables y el riesgo sistémico aumenta su atractivo como inversión refugio”. Los bajos tipos de interés y la elevada liquidez que mantienen las políticas monetarias actuales son un notable estímulo para su valoración. Sólo hay que ver cómo su precio se ha beneficiado de los últimos movimientos realizados por los bancos centrales inyectando liquidez, ya que en los dos últimos programas de inyección adoptados por la Reserva Federal, el precio del oro aumentó un 38% en la primera de estas operaciones –la QE1– y un 29% en la segunda.