UN CAPITALISMO CON CAPITAL
La restricción del crédito bancario va a continuar en España, la cuestión entonces es si hay otras formas de financiación. La respuesta es que sí, pero deben ampliarse. La bolsa, por ejemplo, es una de ellas a través de las ampliaciones de capital y de los nuevos mercados que forman parte del BME. Al final, si la economía española logra depender menos de la deuda y las empresas se basan en capital propio seguramente saldrá reforzada de esta fase de credit crunch .
Según Juan Pablo Calzada, del grupo IFFE, “en España se da una anomalía en la financiación. Aquí, el 80% depende del crédito bancario y el resto, viene por otras vías. En EE.UU. por ejemplo ocurre exactamente lo contrario. Entre ambos hay ejemplos de todo tipo, pero España es un extremo”.
Precisamente, el Memorando de Entendimiento entre los países de la zona euro y España sobre la ayuda bancaria, hace referencia a esta cuestión. En su considerando 27, dice que “debe formarse la intermediación financiera no bancaria”. Y argumenta: “A la luz de la considerable dependencia de la economía española de la intermediación bancaria, las autoridades españolas prepararán, antes de noviembre de 2012, propuestas para fomentar la intermediación financiera no bancaria, incluida la financiación del mercado de capitales y el capital riesgo”.
Pues bien, la bolsa española ya está en lo de “reforzar capital”. Pese a que el Ibex cae este año, el mercado ha recibido más de 26.000 millones de euros en acciones nuevas, un récord desde el 2007. En nuevos flujos de inversión canalizados por las bolsas, la española fue el cuarto mercado del mundo en el 2011, por delante de Londres y detrás de Nueva York, Shenzhen y Hong Kong.
Quedan por desarrollar aquellos mercados más próximos al capital riesgo, como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), que permite a los inversores privados apostar por proyectos empresariales atractivos. Según Juan Calzada, “una solución para propiciar inversiones en nuevas empresas sería permitir a los inversores deducir contra otros impuestos un porcentaje de las pérdidas que puedan tener por quiebras. Esto reduciría el riesgo para los inversores hasta niveles muy atractivos para invertir”.