Matar dos pájaros de un tiro
Los inspectores de Hacienda británicos, afectados por los recortes, son los primeros en denunciar las contradicciones del Gobierno en su campaña para combatir la evasión fiscal por parte de las multinacionales. Desde el 2005 hasta la fecha su presupuesto se ha visto reducido en un 14% y en los próximos tres años van a ser jubilados, prejubilados o despedidos 10.000 funcionarios.
La opinión generalizada en el departamento es que “hay algo que no cuadra” cuando por un lado el ministro Osborne anuncia dinero adicional para vigilar las transferencias de las grandes corporaciones a compañías offshore y, por el otro, son cada vez menos los funcionarios dedicados a hacer que se cumplan las leyes. Por término medio, cada uno de los 55.000 inspectores de Hacienda recauda 738.000 euros al año, de manera que reducir su contingente es como tirar piedras contra el propio tejado.
Downing Street va a hacer de la coordinación internacional de medidas contra el fraude fiscal uno de los grandes objetivos de la cumbre del G8 del año que viene, que se celebrará en Irlanda del Norte, y ha presionado a las islas del Canal, las islas Caimán, Bermudas y otras dependencias de la corona para que abran sus libros de contabilidad mucho más de lo que habrían deseado, al tiempo que negocia acuerdos con Francia y Alemania. Pero como muchas empresas privadas, el Gobierno del Reino Unido cree que la tecnología permite ahorrar dinero en mano de obra, y que con la inversión de 175 millones de euros en programas informáticos contra la evasión fiscal supervisados por tan sólo un centenar de investigadores, no sólo pescará más de 3.000 millones de euros al año en impuestos, sino que podrá despedir inspectores de Hacienda y gastar menos en sueldos. Lo que se dice matar dos pájaros de un tiro.