“Miles de clientes viajan a la nube gracias a nosotros”
En un mundo en el que el adjetivo virtual se usa sin ton ni son, por lo general asociado a gadgets cotidianos, no mucha gente sabe que en la virtualización –un software que controla y distribuye las cargas de trabajo de los servidores informáticos– está la clave de la transformación de los centros de datos, auténticos pulmones del funcionamiento de casi todo. Es, por tanto, un mercado apetecible, con su dura competencia, que ahora apunta a dominar el nuevo mundo del cloud computing –coloquialmente, la nube–, que no es en sí misma una tecnología sino una forma de prestar como servicio las funciones que antes radicaban en los sistemas propios de las empresas.
En octubre, la empresa VMware, líder mundial de la virtualización, reunió en Barcelona a más de 10.000 clientes y distribuidores de toda Europa. Y en la ocasión presentó una nueva estrategia con la que pretende trascender su hegemonía actual: según la consultora Gartner, el 60% de las cargas de trabajo en servidores estándar ya están virtualizadas, y de ellas el 80% con software de VMware. El dilema de la compañía es cómo ir más allá, seguir creciendo y mantener su hegemonía.
El evento de Barcelona coincidió con la entronización de un nuevo jefe ejecutivo de VMware. Paul Maritz, que ha dirigido la empresa durante los últimos años, pasaba a ocupar un puesto en EMC, la empresa de la que aquella es subsidiaria, y su lugar como consejero delegado pasaba a ocuparlo Pat Gelsinger, hasta ahora vicepresidente de EMC. El movimiento tiene su dosis de morbo, porque Gelsinger –antiguo director de tecnología de Intel– parecía destinado a suceder al actual presidente de EMC, Joe Tucci, quien de todos modos ha anunciado que se quedará hasta el 2015. El secreto sólo lo conocen estos tres hombres, pero el tema era demasiado goloso como para evitar que la entrevista de Dinero a Gelsinger empezara precisamente por ahí. Como sabe bien, ha provocado perplejidad el cambio de papeles entre Paul Maritz y usted en la cúpula de la compañía. ¿Cómo se explica la salida de Maritz en la actual situación de éxito? Usted lo ha dicho: VMware es una empresa en la plenitud de su éxito, y es mérito de Paul haberlo conseguido. Esta es una de las razones por las que ha pasado a ocupar un puesto de alta responsabilidad en EMC. La decisión fue tomada por los consejos de las dos compañías, a iniciativa de Joe [Tucci] que es el presidente de ambas. Y usted, que era el número dos de EMC, ha pasado a ser el número uno de VMware. A esto me refería al hablar de perplejidad. Paul es uno de los mejores estrategas en esta industria. Cuando tomó el mando de VMware, en el 2008, era una compañía de 1.000 millones de dólares de facturación, que él ha multiplicado hasta 4.500 millones. No hay muchas compañías de software con este nivel de ingresos... y no nos parece imposible llegar a los 10.000 millones de dólares. ¿Cuándo? No lo tome como una previsión. Lo que quiero decir es que me he hecho cargo de una compañía en crecimiento continuo, y que podemos mantener el ritmo durante años. Con usted al frente, ¿habrá continuidad o cambio de estrategia? Acabo de decirle que la estrategia de VMware es muy sólida y exitosa; sería una audacia imperdonable que pretendiera cambiarla sólo por hacer algo diferente. Según Gartner, VMware controla el 80% del 60% de las cargas virtualizadas. Uno diría que el crecimiento debería moderarse. No tiene por qué ser así. Hasta ahora, no observamos cambios fundamentales en la actitud de los clientes en la línea de lo que usted sugiere; además, aparecen nuevos entornos de computación crítica, en los que podemos generar alto valor para nuestra compañía y para los clientes. Pero no están solos: Microsoft acaba de presentar un producto competitivo, y es un rival de respeto. Pues, con todo respeto, no tememos competir con ellos. Mi mentor Andy Grove [antiguo presidente de Intel] solía decir que ‘sólo los paranoicos sobreviven’. Mi convicción es que tanto la oferta como la visión que tenemos en marcha para los próximos años nos distinguen con claridad de los competidores. Aquí en Barcelona han reunido un número impresionante de clientes europeos. ¿Cuál ha sido el mensaje principal? Entre los eventos de San Francisco y de Barcelona hemos atraído a 29.000 personas, y pensamos reunir otras 20.000 en los próximos de la región Asia-Pacífico. La lectura de estas cifras es muy clara: miles de clientes en todo el mundo están viajando hacia la nube gracias a nosotros. La pregunta que más nos hacen es qué tecnología han de adoptar para acelerar la transición de sus sistemas de información, para transformar sus actuales infraestructuras compartimentadas en otras adecuadas para operar en cloud computing. Por esto, el concepto de centro de datos definido por software [SDDC en sus siglas en inglés] ha estado en el primer plano de nuestro mensaje en Barcelona. ¿Cómo explicaría el significado de SDDC de manera inteligible para un lector profano? Esencialmente, significa que el software de virtualización, que desde hace años controla y optimiza los servidores, llegará a controlar todas las funciones de un centro de datos: computación, almacenamiento, redes y herramientas de gestión del sistema. La meta es propagar en las organizaciones los beneficios de la virtualización y la automatización.