Arte para la crisis
En periodos de crisis suele resultar bastante difícil el inicio de una colección artística de fuste, que precisa de una notable cantidad de dinero si lo que se trata es de una apuesta segura y para ello hay que invertir en nombres indiscutibles de la creación contemporánea. Por eso es atractiva la oferta de la barcelonesa galería Atelier que exhibe, hasta el 12 de enero, una singular selección de obras gráficas originales de los más sobresalientes artistas del siglo XX a partir de la módica cantidad de 1.000 euros, con lo que se cumplen las dos condiciones imprescindibles: que la inversión sea pequeña y que los nombres resulten incuestionables en la reciente historia artística.
Haremos un somero repaso por los trabajos y autores más significativos. Empezamos por Pablo Picasso, que está representado por grabados y piezas de cerámica de las realizadas en Vallauris. Algunas son Tête de femme (1955), Tête d’homme y Mascarón de proa.
De Joan Miró hay un par de aguafuertes de la serie Estampes de la cometa que está inspirada en los poemas de Joan Salvat-Papasseit, el joven vate que murió en 1924, uno de los líricos catalanes más importantes que sobrevivió ejerciendo los más extraños oficios. En El berenar a les roques (1974) evoca una imagen entre el simbolismo y la vanguardia en la que el autor de Poemes en ondes hertzianes desea navegar más allá del horizonte.
De Salvador Dalí hay dos puntas secas: una, El Escorial, de la serie Sueños de España, y Discurso sobre la figura cúbica.
Antonio Saura cuenta con una serigrafía de 1983 , el Equipo Crónica con una versión de El pintor y la modelo inspirado en un cuadro picassiano.
Por su parte, Tàpies tiene un grabado de 1960 y Plensa muestra CCUM, una obra de 1993.
Por último, de Eduardo Chillida se ofrece Inguru, que en euskera significa entorno, una serigrafía de 1974 que expresa un canto a la tierra.