EL DIFÍCIL RETO DEL AÑO 2013
Conseguir hacer frente a las enormes necesidades de financiación del conjunto de la economía española era uno de los principales retos del presente año. Pese a las dificultades, la prueba se ha superado satisfactoriamente.
La banca debía afrontar vencimientos por importe de 124.000 millones de euros. A la vez, el Estado y las autonomías necesitaban acudir a los mercados por un importe superior a 200.000 millones para satisfacer los vencimientos de deuda y financiar los déficits generados durante el año. Finalmente, la financiación se ha obtenido, gracias, sobre todo, a las facilidades de financiación implementadas por el Banco Central Europeo (BCE).
La banca española sólo ha sido capaz de refinanciar con emisiones en los mercados mayoristas la mitad de los 124.000 millones de vencimientos de este año. Adicionalmente, los bancos han sufrido una salida de depósitos de 135.000 millones: la mayor parte correspondientes a posiciones de extranjeros o vinculadas a operaciones de financiación de las propias entidades.
Sólo la intervención del BCE ofreciendo barra libre de liquidez a las entidades financieras europeas ha permitido que no se produjese un colapso en la banca. Las dos operaciones LTRO ( long term refinancing operation) por un importe total de un billón de euros, de vencimiento a tres años y al 1% de interés, ha permitido a los bancos hacer frente a sus vencimientos; afrontar la reducción de depósitos, e incluso incrementar en más de 100.000 millones su cartera de deuda pública. El préstamo neto del BCE a los bancos españoles se ha incrementado en 223 millones en los primeros diez meses del año, triplicando la cifra existente a final del 2011.
Las comunidades autónomas no han logrado financiarse por sus propios medios. El mercado de bonos se ha cerrado para la gran mayoría de ellas y la posibilidad de emitir bonos patrióticos está agotada. Sólo el apoyo financiero del Estado ha evitado que un número elevado de comunidades autónomas suspendiera pagos.
Por su parte, el Tesoro ha logrado emitir más de 175.000 millones durante este año, cumpliendo con holgura su programa de emisiones de bonos y letras. Hasta octubre, los no resi- dentes redujeron su posición en bonos españoles en 56.000 millones, mientras la banca incrementaba su exposición en más de 100.000 millones. Pero no nos engañemos, esto sólo ha sido posible gracias a la barra libre de liquidez del BCE.
El reto de la financiación de la economía española en el 2013 será incluso más exigente. Las comunidades autónomas difícilmente podrán acceder a los mercados financieros, por lo que el Estado inevitablemente se hará cargo de su financiación. Así, se estima que las necesidades de emisión rondarán los 250.000 millones de euros: más de 20.000 millones al mes, frente a los 16.000 millones de emisión mensuales en el 2012.
El próximo año los bancos se enfrentan a vencimientos por importe de 90.000 millones. Sin nuevos LTRO a la vista y en un entorno de reducción de balances, será muy complicado que los bancos puedan seguir incrementando sus posiciones en deuda pública al mismo ritmo que lo han hecho durante el 2012.
Será inevitable que el Gobierno solicite la asistencia financiera al MEDE, aunque exija nuevas condiciones
Sólo una vuelta de los inversores extranjeros evitaría que España se viera forzada a solicitar asistencia financiera al MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad), que a su vez permitiría al BCE comprar bonos españoles en el mercado secundario.
Afortunadamente, desde la aprobación en septiembre del nuevo programa OMT (Outright Monetary Transactions), que permite al BCE comprar deuda pública de los países que lo soliciten, la tenencia de deuda pública española en manos de no residentes se ha incrementado. Hasta ahora ha bastado con el mero efecto anuncio para que los inversores extranjeros vuelvan a comprar bonos españoles. Para que sigan comprando, previsiblemente será necesario que en los próximos meses se active el mecanismo. Para ello será inevitable que el Gobierno solicite la asistencia financiera al MEDE, aunque como contrapartida se exijan nuevas condiciones.
El reto de la financiación del 2012 se ha superado. Ahora toca afrontar el reto de continuar financiándose en el nuevo año. La tarea no será fácil.