La esperanza sólo cotiza en el mercado de futuros
Los economistas coinciden en la previsión de un año más de dolor para la economía española, aunque discrepan respecto al condicionante europeo y el margen de actuación
España tiene ante sí otro año de sufrimiento, y van seis. La inmensa mayoría se verá aún más pobre, la tijera seguirá su curso en el gasto y el país será más desigual. Casi todo irá de mal a peor, aunque el casi es importante porque se refiere a unas mejoras estructurales que pueden fundamentar una recuperación más sólida que las anteriores. Así que la esperanza sólo cotiza en el mercado de futuros, y las apuestas al alza son entre tímidas y moderadas. Todos los economistas dibujan un paisaje oscuro para los tres primeros trimestres del ejercicio del 2013, como poco, y fían las expectativas de recuperación a los efectos de las dolorosas reformas ya emprendidas y a la buena marcha de las exportaciones. También hay amplio consenso en las críticas a la gestión política de la crisis, que se considera poco afinada, tardía y engañosa. Menos coincidencia existe en los juicios sobre los márgenes internos de actuación y en relación al peso del condicionante europeo en el camino hacia el fin del túnel de la recesión, todavía invisible.
La convicción general de que habrá nuevos y más crueles recortes se deriva tanto de los dictados de Berlín y Bruselas como del hecho de que esta sea en gran medida una crisis de ingresos. Sobre lo primero, todo apunta a que la Unión Europea forzará al Gobierno a reducir el déficit en unos 25.000 millones de euros (sobre el 2,5% del PIB), hasta dejarlo en el 4,5% al final del 2013. La cuenta defini- tiva dependerá de si –como esperan y defienden casi todos los expertos– Madrid pide el rescate del país. Eso acortaría la abultada factura de los intereses de la deuda, lo que lógicamente “permitiría moderar unos recortes del gasto que afectarán a sanidad, educación y pensiones”, señala el profesor Josep Comajuncosa, de la escuela de negocios Esade. En su opinión, la deseable salida de la crisis en el 2014 “depende más de la solución de los problemas en la eurozona que de España misma”. Sobre todo porque “las reformas que tenían que hacerse ya se han hecho básicamente”, si
Los expertos subrayan que estamos ante una crisis de ingresos, por lo que llaman a mejorar la fiscalidad
bien la del sector financiero “llegó tarde y se quedó corta”.
Pero el Ejecutivo sigue teniendo mucho que decir y hacer, de modo que no cabe echar la culpa de todo al club europeo, sobre todo en materia de fiscalidad: “Sin impuestos no hay servicios de bienestar. Esta es una decisión interna, y pedir más tiempo para mantener déficits públicos con los que no se puede financiar un Estado de bienestar es rehuir el debate”, sostiene el catedrático de la Universitat de Barcelona Germà Bel. “En España –añade–, o se actúa más por vía de ingresos o no queda otro remedio que seguir recortando gastos. Y eso se decide aquí, no en Alemania ni en Birmania”, dice Bel, a la vez que destaca que “nuestra presión