Un pregunta clave: ¿cuánto importa España a los alemanes?
La influencia de Berlín en la gestión económica española está fuera de toda duda. Por eso es relevante cuánto importa España a los germanos, en los dos sentidos del término: cuánto les vendemos y en qué medida les preocupamos. No es un simple juego de palabras, pues ambas cosas están ligadas.
Entre septiembre del 2011 y agosto pasado, las importaciones alemanas de productos españoles ascendieron a 22.955 millones de euros, frente a 28.731 millones en sentido inverso; con altibajos mensuales pero con tendencia positiva a favor de España, según las cifras del Instituto de Comercio Exterior.
Cabe interrogarse hasta qué punto una posible entrada de Alemania en recesión haría reflexionar a su Gobierno y sus ciudadanos sobre la conveniencia de aflojar las tuercas al sur de Europa por la doble vía de un acelerón de la unión política y financiera, y de una mayor flexibilidad en los objetivos de reducción de déficits. De ese modo, la demanda de productos alemanes en España, Portugal o Italia, también en los demás países europeos. podría reactivarse. No hay que olvidar que el 60% de las exportaciones alemanas se destinan al resto de la Unión Europea; el 40% a las naciones de la zona euro.
“Unos plazos mayores serían deseables, siempre que los políticos no olvidaran que estamos en
plena fase de restauración de nuestra ‘fama’ y que este tiempo más prolongado no sería para volver a las andadas”, comenta Luis Caramés, catedrático de la Universidad de Santiago, en alusión al factor
Alemania. A la (mala) fama de España por aquellos lares se refiere también Juan Rubio, de Fedea: “Allí se ha instalado la creencia de que ayudar al sur es muy caro porque despilfarramos y no hacemos los deberes. El razonamiento sobre los beneficios que un alivio en la presión que soportamos reportaría a Alemania es correcto, pero su población no lo ve”.
Josep Comajuncosa, de Esade, opina en cambio que tal vez sí haya un cambio de sensibilidad: “En la medida en que la recesión o el estancamiento se trasladen a Alemania y sus ciudadanos perciban la crisis más intensa y directamente, tal vez surjan posibilidades positivas. Por una doble vía: que la Administración del país incremente el gasto en su sector público, suba los salarios y reactive la demanda; y que se dé cuenta de que quizás sea bueno darse uno o dos años más para cumplir los objetivos de déficit, puesto que el sur está cumpliendo sus compromisos. Así podrían suavizarse los recortes; el clima general mejoraría, y el consumo y la inversión privada aumentarían”.
Justo después de estas respuestas, la UE alcanzó su importante acuerdo sobre supervisión bancaria... con ventajas para Berlín.