“En el Mediterráneo no andamos sobrados de grandes compañías”
Durante los últimos meses, Cisco Systems ha retomado la fiebre de adquisiciones, que fue una de sus características durante años. En el 2012 ha comprado diez empresas, la mayoría de tamaño mediano o pequeño y dedicadas a reforzar tres de los pilares –así los llama la compañía– de su estrategia: nube, vídeo y movilidad. Recursos no le faltan: Cisco dispone de una rica tesorería, a la que acaba de añadir otros 2.500 millones de cash en el trimestre. Geográficamente, los negocios en EE.UU. se han recuperado, mientras que en Europa empeoran.
Las adquisiciones coinciden con la designación de David Bevilacqua como nuevo vicepresidente de Cisco y responsable de la región mediterránea, donde se encuentran seis de los focos de la crisis económica europea. Bevilacqua, ciudadano italiano, reemplaza en ese puesto a Jordi Botifoll, quien ha pasado a ocuparse de la región latinoa- mericana, en rápida expansión.
Bevilacqua estuvo en Barcelona para participar en la conferencia Smart City Expo. En la imposibilidad de un encuentro personal, la conversación con Dinero tuvo lugar al día siguiente mediante videoconferencia. Propongo que empecemos por los resultados del trimestre. Los globales han sido buenos y los de Europa malos, según ha dicho su presidente, John Chambers. Sí, para la compañía ha sido un trimestre muy bueno, con un 6% de crecimiento en los ingresos en un contexto económico difícil, y con distribución regional dispar. Vivimos un periodo difícil en Europa, particularmente en la región que está bajo mi responsabilidad desde hace sólo dos meses. En una frase española, diríamos que le ha tocado bailar con la más fea. No me quejo en absoluto. Quizá mi visión de las cosas hubiera sido distinta si llevara en el puesto unos años, pero la primera impresión que tengo no es muy diferente a la que tenía como responsable de Italia. Dicho simplemente, constato que la inversión en TIC y la penetración de la banda ancha son más bajas que en otras partes de Europa, y que hay una correlación entre esos indicadores y los bajos niveles de productividad y competitividad. ¿En todos los países? Evidentemente hay matices, con un sustrato común que es la deuda y el desempleo, pero hay otro elemento que considerar, la productividad: tenemos los niveles más bajos de inversión en TIC con relación al PIB. Si excluimos a Israel, que por muchas razones es un caso aparte, ¿cómo va el negocio de Cisco en los países de su competencia? En algunos mejor que en otros, como Francia, que en esto se parece más al centro de Europa. Pero hay una crisis y la estamos sufriendo; somos una empresa que vende tecnología, y la inversión en tecnología está en declive. Nos preocupa mucho la propensión a ver la tecnología sólo como un instrumento para bajar los costes; por supuesto que hay que bajarlos, pero se equivoca quien crea que las TIC son un coste y no una inversión. No quisiera generalizar, pero he de decirle que en Portugal, uno de los países más afectados por la crisis, he observado una actitud positiva hacia la inversión en TIC. ¿Recientemente? He estado en Lisboa hace pocos días. Es bien sabido que los operadores de telecomunicaciones son clientes muy importantes para Cisco, por lo que seguimos con atención lo que hacen o dejan de hacer. (...) Portugal Telecom está montando uno de los mayores centros de datos de Europa para prestar servicios en la nube. Desde mi punto de vista, Portugal tiene más de excelencia que de excepción. Lo comparo con mi país: Telecom Italia ofrece servicios en la nube, pero ha reaccionado tarde y está acelerando para no quedarse fuera de la transición que vive el mercado. ¿Cuál es su diagnóstico sobre España? Es otro ejemplo de cómo las operadoras y las compañías que ofrecen servicios gestionados han descubierto el valor de la propuesta de Cisco en la nube. Nuestra filial española ha desarrollado infraestructura para la nube para Telefónica, y otras empresas están evaluando propuestas que les permitirán ofrecer servicios de almacenamiento, vídeo, colaboración y virtualización. No me dirá que ve lo mismo en Grecia. No lo diré, pero seguimos firmando contratos en Grecia. Por supuesto que la situación es terriblemente complicada, pero mi impresión es que ya podemos ser un poquito más optimistas. Tengo entendido que las inversiones en TIC en España se sostienen sobre las empresas de primera fila y que, por lo general, están orientadas a apuntalar la internacionalización, no al mercado interior. No es algo exclusivo de España. En el Mediterráneo no andamos sobrados de grandes compañías, y las que tenemos en España o en Italia puede que estén invirtiendo en otros países y no en los propios, pero esas inversiones han de ser bienvenidas porque revelan capacidad de respuesta a los retos de la economía mundial, y finalmente revierten sobre nuestros países. Mientras esto ocurre, tenemos un serio problema: las pymes atraviesan dificultades financieras y de crédito, y por tanto son reacias a invertir. John Chambers dijo días atrás que las redes nunca han tenido un papel tan decisivo como ahora, pero que Cisco ha de ser vista como una compañía de TIC, y no sólo como especialista en redes. Para que ocurra, debería acentuar su papel en el centro de datos y en la nube, donde ya se está encontrando con poderosos competidores y necesita aliados. ¿Es esta la estrategia? Ha resumido una de las prioridades estratégicas que se ha marcado la compañía. La idea matriz es integrar la computación con el almacenamiento; concebimos los centros de datos como arquitecturas unificadas. Es lo que estamos haciendo a través de nuestra alianza con EMC y VMware, pero también junto con otras compañías como NetApp y Citrix. Nosotros no vemos el datacenter como una acumulación de componentes y aplicaciones sino como una arquitectura unificada, y probablemente será, entre las varias áreas de negocio de Cisco, una de las de más rápido crecimiento.