CÓMPLICES EN EL TALENTO
Las relaciones entre universidad y empresa, que en el mundo anglosajón es un fenómeno considerablemente arraigado identificado como UEP’s (University-Enterprise Partnerships), se sustenta sobre tres pilares: la formación continua ( life long learning), la transferencia de conocimiento e innovación y el impacto social (la tercera misión). Son muchos los estudios y las buenas prácticas que se han elaborado sobre UEP’s exitosas.
La misma Indra, empresa situada en el 22@ de Barcelona, tiene partnerships con más de 120 universidades y R&D Centers a nivel global, y su TR&D (Talent Retention & Development) es un componente estratégico reconocido. No es la única empresa IT que cuenta con más del 70% de su talento contratado de las universidades como la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y que continúan colaborando con las universidades para la formación de posgrado de sus profesionales. Son empresas con un alto componente tecnológico cuyas competencias corporativas son el conocimiento y el desarrollo continuo del mismo.
Muchos de los productos más importantes del siglo XX deben su éxito a UEP’s que funcionan. Si hay algo que caracteriza las UEP’s exitosas es la existencia de objetivos complementarios y el diseño de un acuerdo que permita una relación duradera y productiva. Las empresas buscan un modelo que equilibre los aspectos competitivos y de colaboración y las universidades somos partners que pueden emplear un papel importante en conseguirlo.
Si a esta circunstancia se le suma el impacto que pueden tener las UEP’s en el desarrollo social, económico y cultural de las ciudades y las regiones, estamos impulsando un entorno competitivo y dinamizador que atrae otros agentes (públicos y privados). Esto es lo que está pasando en el 22@ Innovation District. Como UPC nos establecimos aquí en el 2009 con nuestro centro de formación continua y desde aquí estamos desarrollando partnerships de formación corporativa ( in-company training) con algunas de las empresas más competitivas del territorio.
Cabe subrayar que la competitividad no es equivalente a volumen. En una estructura empresarial policéntrica y eco- nómicamente diversificada, como la nuestra, tenemos que buscar maneras de crear UEP’s que permitan acceder al conocimiento de las universidades independientemente del tamaño de la empresa. Una vía de hacerlo es impulsar universidades corporativas colaborativas, en las que las pequeñas y medianas empresas (pymes) agrupen sus inquietudes y sus necesidades para desarrollar su talento y su capacidad de innovación.
Tal como las grandes empresas han ido desarrollando sus universidades corporativas conjuntamente con las universidades, podemos impulsar colaboraciones a nivel de formación tecnológica y ejecutiva para las pequeñas y medianas empresas. El intercambio entre profesores de la universidad y profesionales de la empresa para impartir formación, diseñar contenidos pedagógicos y definir objetivos de aprendizaje con el fin de aumentar la empleabilidad del talento y la aplicabilidad del conocimiento, es una apuesta segura para el desarrollo del capital humano y los sistemas de innovación del territorio.
Muchos de los productos del siglo XX deben su éxito a la colaboración entre universidad y empresa El objetivo de la colaboración es mejorar la competitividad y la capacidad innovadora del territorio
Las universidades que estamos en el distrito 22@, como instituciones líderes en innovación y transferencia de tecnología, buscamos complicidad con las empresas para desarrollar conjuntamente conocimiento, talento y tecnología con un compromiso y un objetivo claros: aumentar la competitividad y la capacidad innovadora del territorio, para beneficio de la sociedad. Las UEP’s serán claves para conseguirlo.
Las UEP’s estratégicas y bien estructuradas (con recursos) serán una realidad en el futuro, pero requiere una receptividad del mundo universitario (incentivando el espíritu emprendedor y la flexibilidad) y del mundo empresarial, apostando por las relaciones de confianza a largo plazo.