Empleados con alma innovadora
Trabajadores de cualquier nivel pueden aportar ideas muy útiles para mejorar la organización donde trabajan: son los llamados emprendedores corporativos
Lucía tiene un pequeño negocio. Luis es operario en una empresa, pero gracias a una idea suya, la compañía ha iniciado un proyecto que abre nuevas vías de negocio. Sus jefes la han felicitado, y Luis espera que algún día piensen en él para un ascenso. Lucía es una emprendedora. Luis también, pero dentro de la compañía donde trabaja: es lo que se denomina un emprendedor corporativo o intraemprendedor.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), sólo el 2,5% de los españoles de entre 18 y 64 años emprenden en su trabajo. En los países nórdicos este porcentaje supera el 8% y en Suecia se aproxima al 14%. “Existen dos tipos de malos empleados: los que no hacen lo que tienen que hacer, y los que sólo hacen lo que tienen que hacer –lamenta Manuel Marín, director del Centro de Emprendedores de Eada–. Se acabó la época en la que uno tenía ideas y los demás ejecutaban: ahora en una empresa, todos tienen que innovar”. Y además, todos pueden hacerlo: las mejores ideas no siempre son demasiado sofisticadas ni vienen del consejo de dirección. En todos los niveles de la jerarquía pueden surgir ideas (por ejemplo, sobre productos o métodos de trabajo) que aporten a la empresa una diferencia competitiva.
Pero ¿qué ganan los empleados ofreciendo ideas gratis a sus jefes? “La empresa debe reconocer estas iniciativas, no sólo económicamente sino también dando la importancia que se merece a la persona que desempeña esta faceta”, dice Joan Roure, profesor del Iese. Así, según Roure, los empleados que actúan como intraemprendedores “consiguen visibilidad” en la empresa, lo que les puede facilitar la promoción interna y, sobre todo, aprenden, algo que les puede ser doblemente útil: para emprender por su cuenta o para buscar otro empleo. Así, según Roure, “cada vez más, las empresas buscan perfiles que que la compañía ponía en marcha a través de los empleados, y les propuse extender mi experiencia al resto de la organización: enseguida consideraron mi idea de conseguir un elevado número de apadrinamientos y me apoyaron para lograrlo”, explica. Así surgió una campaña para que los empleados de DKV apadrinen niños de un colegio en Nicaragua. “Ya hemos superado los 60 apadrinamientos y mi idea es extender el proyecto a clientes y proveedores médicos, comerciales... Puede convertirse en un proyecto social internacional”, explica orgulloso. hayan pasado por nuevos proyectos, y, por otro lado, el mejor entrenamiento para emprender algún día es haber emprendido dentro de una organización, aunque no fuese con capital propio”.
Para que surjan emprendedores corporativos, la empresa debe promoverlo activamente con el apoyo de la dirección, ya sea entre toda la plantilla o sólo en departamentos determinados. Cada vez más empresas tienen herramientas específicas para sacar el lado intraemprendedor de sus propios empleados. Ya existen incluso programas informáticos: por ejemplo, la compañía tecnológica iSoco desarrolla plataformas colaborativas en la que los diferentes departamentos o empleados puedan aportar sus ideas, intercambiar opiniones y mejorar las características de un determinado proyecto, producto o servicio. Los empleados de France Telecom España, a través de la intranet, pueden proponer ideas que mejoran procesos internos, productos y servicios, la experiencia de los clientes o las relaciones empleado-empresa. “Hasta el momento, se han recibido 1.570 ideas de 470 empleados y un 4% se han puesto en marcha”, explica la empresa. Los trabajadores de Gallina Blanca, por su parte, se reúnen regularmente en equipos multidisciplinares llamados Inno-cells, para tratar desde fórmulas de futuros productos hasta sabores o envasado: de esos equipos derivan luego decisiones estratégicas de la compañía. “La idea es canalizar todo el talento y poder creativo de los empleados y que ellos también sean partícipes de las decisiones de la empresa”, destaca la firma. En InfoJobs se organizan sesiones para que los empleados puedan proponer nuevas ideas a la dirección general o de marketing.
“El apoyo de la dirección es vital para que surjan intraemprendedores, ya que cuando un empleado tiene una idea innovadora que no consigue desarrollar en el marco de su propia compañía, la frustración puede tentarle a marchar y explotarla por su cuenta con un negocio propio, una pérdida de talento para la empresa”, alerta el profesor Roure.