¡Innove, emprenda y lidere!
Los directivos deben formarse para ser capaces de integrar las TIC en los procesos innovadores
Una compañía que no innova está condenada a desaparecer. Esto lo venimos oyendo una y otra vez y, como podemos observar, es algo absolutamente cierto. Pero las definiciones tradicionales de la innovación parecen ir quedando obsoletas y necesitamos dar un paso más allá. “Innovar quiere decir hoy ser capaz de ofrecer un valor añadido al cliente y, además, hacerlo de una forma sostenible y generando beneficios empresariales. Y para innovar, las organizaciones tienen que utilizar la palanca de la aplicación de las nuevas tecnologías”, comenta Miquel Barceló, codirector del Master
in Business Innovation (MBI), acreditado por la UPC. “De hecho, hoy en día, gestionar una empresa es gestionar la innovación”, añade.
¿Y como están las empresas españolas? Pues hay indicios importantes de que tienen un grave déficit en este sentido. Por ejemplo, si tomamos indicadores económicos, como el innova
tion score board de la UE, que analiza cerca de 28 epígrafes, se puede concluir que las compañías del país aún acumulan graves carencias. “Nos encontramos con un cambio de ciclo. La empresa española y también la catalana han innovado de una forma tradicional, es decir, incorporando maquinaria y mejorando los procesos. Pero la competencia internacional demuestra que este modelo ya no basta. Tenemos que acelerar el proceso e integrar nuevos recursos y nuevas estrategias”, plantea Barceló. Y para tratar de alcanzar este objetivo, dedica sus esfuerzos desde el MBI.
Francesc Solé Parellada, también codirector del MBI, explica al respecto que “hace unos años nos dimos cuenta de que había una carencia de formación en dos áreas. Por un lado, en la de producción, tanto a nivel industrial como de servicios; las com-
Barceló: “Cada vez es más importante el perfil del directivo que debe liderar los procesos innovadores”
pañías aún no han resuelto de manera satisfactoria la tarea de pensar en los productos, en cómo deben diseñarse, cómo implementarlos o cuál ha de ser su logística y distribución. Por otro lado, el área del cambio y su gestión, es decir, cómo imaginamos desde cada una de las áreas de qué forma damos un paso más allá, y detectamos también cuál es este más allá, dónde está y cómo llegamos a él. Faltaba dotar a los directivos de una serie de herramientas para hacer bien esta tarea. Este MBI aparece precisamente para tratar de llenar este vacío”. Por otro lado, reconoce que la enseñanza de los instrumentos de gestión ya está bien cubierta en la actualidad, al existir muchos cursos que desarrollan la mejora de la gestión de las organizaciones, la parte estratégica, los sistemas de información… en diferentes escuelas e instituciones.
Paralelamente a la existencia de este vacío, Barceló insiste en que hay otro hueco, este de un perfil laboral cada vez más necesario: un directivo que lidere los procesos innovadores. “Hay que formar a un nuevo profesional que integre el conocimiento de las áreas funcionales de la empresa, que conozca las oportunida- des que ofrecen las nuevas tecnologías y, también, que sea capaz de gestionar la innovación. Por ello se creó este nuevo producto, que ofrece un plus a los tradicionales MBA. El programa aprovecha también el momento histórico que vivimos, y en el que se produce un cambio estructural”. Se refiere a que estamos pasando de un modelo industrial, con estructuras jerárquicas y piramidales, a un tipo de compañía que ha de tener estructuras planas. Y, por supuesto, a la irrupción de las TIC y la globalización. El modelo de liderazgo que conllevan estos cambios es completamente diferente. Por ello, deben desarrollar- se, además de las tradicionales, habilidades como la comunicación, la dinámica de grupos...
Para ambos, las coordenadas en las que se deben mover los nuevos directivos son la innovación y la emprendeduría. De hecho, la emprendeduría es inherente a la innovación. Para Solé Parellada, “los emprendedores son personas que comprometen sus recursos y su tiempo en un proyecto de resultados a veces dudosos. Innovar requiere oficio, aprender cuál es el proceso que se ha de seguir, y eso es muy importante. Pero al mismo tiempo, también necesita de una determinada actitud, de una curiosidad
Solé Parellada: “Hay una carencia de formación en dos áreas: producción y gestión del cambio”
vital. Innovar, en definitiva, quiere decir arriesgarse”.
Barceló enfatiza la importancia de las TIC y su necesaria integración en toda estrategia de innovación. “Sin las TIC, por ejemplo, la estrategia de Inditex no existiría. Forma parte de su núcleo duro. En España, aún tenemos a muchos directores generales que pasan la responsabilidad de las TIC al informático, y eso no debe hacerse. La tecnología ha de estar al servicio de la estrategia, no del especialista. Es decir, el líder diseña la estrategia y el técnico ya dirá como hacerlo”.