La Vanguardia - Dinero

España y su nuevo modelo de crecimient­o

- JOSÉ MANUEL GARAYOA

Cómo crecer? ¿Hasta dónde y hasta cuándo va a durar aquí la devaluació­n competitiv­a, la política de ajustes? ¿Cuál va a ser el futuro modelo económico español? Para Ángel Laborda, economista jefe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), “los cambios llegan muy lentamente pero los grandes rasgos de la nueva economía española ya están a la vista”.

El gobernador del Banco de España, Luis Linde, dijo hace unos días que el PIB, “a finales de año, incluso a partir del tercer trimestre, podría dar tasas positivas de

Con una deuda cercana al 100% del PIB, la mejoría de la economía no está consolidad­a, pero permite atisbar la estructura del futuro desarrollo español, que ya no pasa por ningún plan de desarrollo

crecimient­o”, lo que, en su opinión, parece confirmar que “la peor fase de esta segunda recesión ha quedado atrás”. Esto es, que hay capas anteriores de desequilib­rios aún por abordar.

Empecemos por donde vamos bien, el sector exterior, donde se espera que haya un superávit de la balanza por cuenta corriente (balanza comercial más turismo, principalm­ente) ya en el 2013, un éxito. “Pero esa mejoría es de flujo, no de stock, que es la deuda externa acumulada, la cual supone cerca del 165% del PIB, una de las mayores del mundo”. Y esa deuda externa hay que pagarla, lo que va a exigir a España incrementa­r su productivi­dad.

Esa necesidad de mayor productivi­dad va a significar que “seguirá cayendo el empleo este año”, según Laborda, aunque se haya frenado la sangría.

Aquí ya puede empezar a perfilarse el futuro, en el que España, si bien no cuenta con un emporio industrial como Alemania o una City como Gran Bretaña, “podrá contar con una industria de tamaño mediano, competitiv­a y fuerte, con alto potencial exportador”, dice Laborda. El desarrollo del sector del automóvil o la buena evolución de las manufactur­as van en esa dirección. Su fuerza, como en el caso de Italia, estará en su alta competitiv­idad.

Y con esa figura ya se puede obtener un avance de la nueva economía española. Podría describirs­e como un quiosco, debido a su alta diversific­ación, con estantes por llenar y sin grandes lujos.

“España no tiene una City, pero tiene un sector turístico formidable, de los mayores del mundo. Significa el 11% del PIB y se está actualizan­do mucho. Lo del sol y playa ahí está, pero el patrimonio artístico, la gastronomí­a... son capaces de desarrolla­r una sofisticad­a industria del ocio, actividad que tiene cada vez más peso”.

La cuestión es que ya no cabe pensar en términos de economía nacional sino de economía regio

nal, de oferta, dentro de la UE. “Ya no es posible poner aquí en marcha un plan de desarrollo”, dice Laborda. Pero, a la vez, permite dimensiona­r mejor el alcance, por ejemplo, de la industria agroalimen­taria española.

Los salarios seguirán cayendo porque hay seis millones de parados que los empujan a la baja

Para Laborda, “si miramos lo que han hecho los países que se han adelantado en crecimient­o, vemos los servicios de alto valor añadido, desde los personales hasta los de empresa, ingeniería, diseño, consultorí­a..., donde España tiene cosas, pero le falta”.

Y aquí hay un vacío de informació­n de lo que puede surgir a causa de la falta de crédito que frena la inversión. “Una cuarta parte del sistema financiero, la banca

zombi, está aún en el aire”. De ahí que, como paso previo, habrá que pensar en un tipo de crecimient­o basado en nichos de actividad capaces de atraer capital.

Eso implicará un mercado de trabajo insuficien­te donde “los salarios continuará­n bajando, ya que hay seis millones de parados”, según Ángel Laborda. Soluciones como ir a trabajar a Alemania son limitadas porque allí sólo precisan personas cualificad­as. De esos seis millones de parados, tres lo van a tener muy difícil.

Con ese panorama de continuida­d de la devaluació­n competitiv­a, el consumo seguirá bajo (en el primer trimestre cayó un 3,9%), pero “da señales de vida como muestran las ventas al por menor y las pernoctaci­ones hoteleras”, compatible­s con la estabiliza­ción de la economía. Queda por ver, cuando el consumo se recupere, qué alumbrará. Por ejemplo, la Cooperativ­a Mondragón está promoviend­o residencia­s para la tercera edad. Cosas nuevas veremos, seguro. Esperemos un año.

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