Un gran espumoso
Para hacer de san Valentín una fecha inolvidable, lo mejor es sorprender a la pareja con un gran vino, como el que nos propone Raventós i Blanc: De la Finca 2010.
“Sólo añadas muy especiales, como la del 2010, fresca, exigente y llena de extremos, Raventós i Blanc guarda su mejor cupaje en botellas Magnum que envejecen en sus históricas cavas y se clarifican manualmente en pupitres, donde cada día una persona se ocupa de darles un pequeño giro, hasta que están listas para vestirse”, dice Pepe Raventós. En este caso, vestirse de gala como este Magnum De la Finca, una edición limitadísima de sólo 1.000 botellas, cada una de ellas tratadas como una joya única, desde el trabajo en el campo, cepa por cepa con la poda hibernal, hasta su elegante y delicada presentación cuatro años más tarde. Etiquetadas una a una, envueltas en papel kraft cerrado con lacre y acompañadas de un librito donde, su autor, relata el trabajo vitícola que hay detrás y las particularidades de los suelos, clima y planta que hacen que cada añada sea única e irrepetible.
Pepe Raventós, autor de este vino, representa la generación número 21 de una familia arraigada a la misma finca en donde se cultiva la vid desde el año 1497 y donde, en 1872, Josep Raventós Fatjó elaboró el primer espumoso de nuestro país. Es esta finca histórica, de 90 hectáreas, la que da nombre a este espumoso considerado uno de los mejores según los entendidos. “No se tra- ta de la cuvée prestige de esta casa, el espumoso Manuel Raventós, a más de 200 euros la botella –advierte Pepe Raventós–, sino de un espumoso de lujo, una joya de larga vida para las nuevas generaciones”.