Fusiones de última generación
La oferta de Pfizer por AstraZeneca y la fusión de Novartis y Glaxo aceleran la transformación de un sector que requiere inversiones millonarias para conseguir nuevos medicamentos
La oferta multimillonaria de Pfizer para comprar la británica AstraZeneca es la última gran operación de una industria, la farmacéutica, que lleva años buscando la fórmula para afrontar las grandes inversiones que debe hacer en los próximos años. “En el caso de Pfizer, la caducidad de las patentes de la Viagra y la de Lipitol, solamente este último generaba 5.000 millones de euros anuales, han provocado que la compañía se fijara en AstraZeneca, que tiene en su cartera patentes más frescas y en especialidades que complementan su portfolio, como en inmunoncología”, explica Santiago Simón, profesor de Esade experto en fusiones y adquisiciones.
El modelo tradicional basado en la explotación de patentes de medicamentos que han tenido una distribución masiva llevó a la industria a vivir una época dorada. Pero estas patentes millonarias empiezan a caducar y los nuevos medicamentos para dolencias menos generalizadas precisan grandes inversiones y con un retorno todavía incierto. “Las grandes compañías están buscando nuevas vías para un nuevo escenario, que pasan por ganar tamaño para rentabilizar las inversiones y también por concentrarse en las divisiones en las que se tiene más mercado o más prestigio”, explica Rafael Rodríguez, socio de la división Farma España de PwC. Como resultado de esta búsqueda, la industria vive años de hiperactividad: fusiones, acuerdos, desinversiones y compras.
Glaxo y Pfizer llevan años colaborando en un tratamiento contra el HIV. La propia Pfizer se ha desprendido recientemente de su división de salud animal. No- vartis vendió su división de diagnóstico a Grifols hace pocos meses. Roche compró IQuum para reforzar su oferta de diagnóstico molecular. Merck avanza sus negociaciones para vender el área de gran consumo. Y Bayer ultima los detalles de un acuerdo con Reckitt Benckiser. Un auténtico pharmageddon, como define el informe sobre la industria Pharma 2020 de Pwc, una oleada de operaciones que ha cogido velocidad este 2014. Según la agencia de calificación Moody’s, el sector farmacéutico ha generado operaciones por un valor de más de 110.000 millones de euros, el mayor a estas alturas del año según los registros de Reuters.
Dentro de la agitación del mercado, la compra de Novartis del negocio de medicamentos contra el cáncer de la británica Glaxo y la venta de su negocio veterinario se interpretó como un soplo de aire fresco en el sector, que finalmente comienza a vislumbrar oportunidades de crecimiento. “Las compañías están revisando sus portfolios y pensando cómo se transformará la dinámica de la salud en los diez próximos años”, resumía Joe Jimenez, director ejecutivo de Novartis, al Financial Times tras cerrar la operación con Glaxo.
“El sector lleva años sumido en un proceso de cambio de modelo: las inversiones en nuevos medicamentos no alcanza la rentabilidad de los últimos veinte años, que fueron la época dorada para la industria”, asegura Rafael Rodríguez desde PwC.
“Hay varias vías de crecimiento que guían los criterios estratégicos de las grandes compañías para aliarse o lanzarse a la adquisición de competidores: la entrada en nuevos mercados en los que no tienen presencia, la incorporación a su cartera de patentes con recorrido o reforzar áreas en las que el competidor es más fuerte que tú”, concluye Santiago Simón, de Esade.
El sector farmacéutico requiere de grandes inversiones para lanzar nuevos medicamentos