Extraños en un mundo equivocado
La exposición de pinturas que presenta Jabi Machado (1961) en la galería Eat Meat es rara y sorprendente, extraordinaria por su temática y por su calidad. No pretende gustar a todos los públicos y ello queda claro desde su título: Cerdos
de España. De hecho, parece concebida para criticar y desagradar al público más conservador, a los cómplices de ese orden viejo, aún imperante, que en los últimos años ha dado notables muestras de decadencia y corrupción.
Dos de sus dianas favoritas son la cultura basura o barbarie globalizada y la España rancia, errónea, atávica y superviviente para desgracia de sus numerosas víctimas. Por ello asocia en sus escenas la comida rápida con el cáncer o la pose aristócrata con la falsedad descubierta in fraganti.
Misterio y claridad son dos contrarios aparentes que los mejores artistas y escritores saben conjugar con pleno sentido y acierto. Jabi Machado los combina en sus pinturas, pero de un modo extraño, en un sentido más satírico y grotesco que poético. Este pintor sevillano hace pensar en un Goya o Solana del siglo XXI, ya en consonancia con la pintura pop y metarrealista enfocada a la crítica social o histórica, como la del alemán Neo Rauch. Sus transgresiones no son un juego ni una estrategia de cara a la galería, sino un medio de realizar una crítica radical de algunos tópicos erróneos o estados de cosas opresores.