El futuro medieval y las mil y una transiciones
Estamos viviendo una etapa en la que parece producirse una avalancha de cambios, cuyo final no se conoce. Ya no son tan sólo episodios locales, como vemos en Catalunya y España, sino Europa y el mundo parecen mudar de piel. Ahora mismo, sólo la economía da pautas de comprensibilidad
Jacques Attali apuntaba hace poco que a él la serie Juego de tronos le parecía la expresión del futuro medieval que nos espera tras la retirada de EE.UU. como líder global. Sobre la vuelta a la edad media ya se habló en los años sesenta cuando el mundo, con el París del 68, Vietnam o la revueltas en África, parecía salirse de sus goznes. La historia se repite, y no como farsa como sugería Marx, sino como dictado de un tiempo que limpia la cubierta sin miramientos. Ahora mismo, sólo unos mercados sostenidos por los bancos centrales se muestran serenos, mientras el mundo parece entrar en una etapa desenfrenada de transiciones. Sigámoslas.
ESPAÑA
El anuncio de la abdicación de Juan Carlos I el lunes 2 de junio vino precedida dos días antes por el anuncio del Gobierno de un plan de estímulo de crecimiento de más de 6.000 millones de euros. El 20 de junio, un día después de que Felipe VI heredase la Corona, se daba cuenta de una rebaja de impuestos. El flanco económico quedaba cubierto. El 3 de junio, Bartolomé Bennassar, uno de los mayores expertos mundiales sobre España, anotaba en Le Figaro que Juan Carlos I y Felipe VI comparten el dossier de Catalunya y coinciden en que lo que procede es reconocer a Catalunya el estatuto de nación y aceptar su demanda de pacto fiscal. Al mismo tiempo, en el Partido Popular se ha elaborado una propuesta de reforma constitucional. Mariano Rajoy estudiará en agosto la propuesta cuyo objetivo sería superar las improvisaciones en las que en la redacción de la Constitución de 1978 se incurrieron en materia de reparto de competencias entre los poderes territoriales y el Gobierno central.
Felipe VI conoce, lógicamente, el hecho y se trata de proseguir el dibujo de la nueva transición, seguramente ya trazado. En su viaje a Girona, el monarca ha prometido una mayor presencia en Catalunya y celebró un encuentro aparte con Artur Mas. Y en un plano paralelo, el PSOE aborda cambios de gran transcendencia.
EUROPA
En la UE hemos entrado también en una fase caliente, de transición entre una etapa exitosa de reformas y austeridad especialmente en los países del Sur y otra en la que la estrategia común se ve claramente contestada al reclamar Francia e Italia una “reorientación” de la Europa de Merkel.
El Elíseo, donde François Hollande parece persuadido de que su constancia acabará dando sus frutos, ya ha indicado que recurrirá al “margen de flexibilidad” para el cumplimiento del pacto de Estabilidad y, al mismo tiempo, aboga por un gran plan de relanzamiento europeo en 5 años financiado con 240.000 millones de euros anuales. “Los estados deberán mantener entre ellos, así como con el BCE, una discusión profunda sobre esta cuestión”.
Por su parte, el italiano Matteo Renzi quiere vincular las reformas a plazos mayores para rebajar el déficit público y de momento ya ha anunciado que rebajará un tercio los ahorros presupuestarios prometidos. Para el próximo semestre, cuando a Italia le corresponda la presidencia rotatoria de Europa, Renzi quiere presentar el “plan de los 1.000 días”. Pero en las colinas del Quirinal, los críticos recuerdan su promesa incumplida de una reforma a la semana, con lo que su programa anterior de 100 días se ha convertido en uno de 1.000.
Lógicamente, Angela Merkel ha reclamado menos creatividad verbal y más acción reformista, anunciando un presupuesto para el 2015 en Alemania con déficit cercano a cero. Y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha respondido a Hollande que de entrar en más deudas ni hablar.
España ha tomado el camino del medio al aprobar una reforma fiscal pro crecimiento basándose en la idea de que superado un umbral de competitividad y ajuste, la apuesta por mayor actividad aporta mayores ingresos fiscales. Y nada de subir el IVA. El Wall Street Journal la ha puesto como ejemplo para Europa, con lo que significa de inversión exterior, aunque Moody´s recela.
Todo esto podría llevar al desacoplamiento de Europa, con modelos enfrentados y compitiendo entre sí, con Jean-Claude Juncker en el difícil papel de árbitro desde la Comisión Europea, con un Parlamento de mayoría liberal presidido por el socialista Martin Schulz. Se verá la resistencia de tantas velocidades y coaliciones forzadas.
ORIENTE MEDIO
La dimisión de Washington como líder en el tablero mundial está elevando las transiciones locales y regionales a una dimensión global, lo que ahora mismo está siendo objeto de grandes críticas en el propio EE.UU. La crisis de Ucrania, aunque haya bajado de temperatura, sigue sin cerrarse por falta de entendimiento entre Este y Oeste, pero el conflicto “letal” en Irak y Siria que ahora mismo arriesga la implosión del propio mapa de Oriente Medio ha llevado a la ONU a hacer sonar la alarma general ante la amenaza planteada por el grupo Estado Islámico de Iraq y Siria (EIIS), de crear un Estado terrorista en la zona, de efectos devastadores aunque el petróleo esté a salvo.
Las transiciones pueden acabar bien, muy bien, mal o muy mal. El pensamiento americano sostiene que el mundo siempre se orienta hacia su mejora. Ojalá, pero en tiempos así se mueven muchas fichas y las que quedan sueltas se pierden.