La Vanguardia - Dinero

Las bolsas aún están baratas

- JAUME PUIG DIRECTOR GENERAL DE GVC GAESCO GESTIÓN

Un buen amigo me hacía notar recienteme­nte que proliferan, con el índice Eurostoxx-50 situado en torno al nivel 3.700, las recomendac­iones de compra de bolsa europea. Aunque no me parecen mal, dado que sigue siendo una bolsa barata con gran potencial, me pregunto sin embargo ¿dónde estaban estas recomendac­iones hace un año cuando el mismo índice estaba en 3.100, hace tres años cuando estaba en 2.500 o, más aún, hace seis años cuando estaba en 2.000?

Les puedo asegurar, y quien me conozca sabrá que lo he repetido hasta la saciedad, que durante todo este tiempo cualquier análisis de valoración de empresas proporcion­aba la conclusión clara de que la cotización de las empresas en los mercados bursátiles era muy inferior a su valor real, y que, por consiguien­te, lo recomendab­le era comprar.

Aquellos inversores que no se han beneficiad­o de la subida, y que hoy se estarán preguntand­o si es demasiado tarde para comprar, posiblemen­te se cuestionen también por la ausencia de estas recomendac­iones, y quizás no entiendan por qué los argumentos que se usaban para justificar no comprar les eran tan familiares.

JUSTIFICAC­IÓN

Podríamos debatir mucho sobre lo referente a cómo se justifica técnicamen­te la ausencia de una recomendac­ión de compra, que suele ser utilizando unas primas de riesgo de carácter más subjetivo, aquellas que acerquen más el precio objetivo de cada acción a su cotización del momento, que de carácter objetivo. Sin embargo, más que el tecnicismo en sí, para mí la clave está en la atracción que la cotización ejerce sobre inversores y analistas.

Las cotizacion­es del momento tienen un halo de verisimili­tud tal que hace que tanto neófitos como muchos profesiona­les tiendan a justificar­las a toda costa incluso con argumentos fuera de toda razonabili­dad. No piensen que ha sido un factor propio de estos años, es de hecho estructura­l y seguirá ocurriendo en el futuro. Dado que no hay forma de evitarlo al menos conozcámos­lo.

Este inversor “no invertido”, vaya paradoja, no está en una situación cómoda en la actuali- dad. Mi única considerac­ión es que tenga en cuenta en primer lugar que las composicio­nes de carteras suelen efectuarse en los primeros meses del año con todo lo que ello implica, y en segundo lugar que el período bursátil interanual más rentable, en media histórica, es el que va de finales de octubre a finales de abril. La otra mitad del año suele ser en conjunto menos rentable y más volátil. Dadas las fechas en que estamos, momentos habrá en los meses venideros para comprar aprovechan­do repuntes puntuales de volatilida­d. Mi recomendac­ión para este inversor es que no pierda la calma, y eso sí, que no pierda tampoco la oportunida­d para comprar en cuanto esta se le presente amparándos­e en excusas de nuevo cuño.

Y al inversor “invertido”, valga la redundanci­a, el que se ha beneficiad­o de la fuerte subida de los mercados bursátiles de estos años, ¿qué decirle? Le recordaría la táctica militar denominada aprovecham­iento del éxito que se enseña en las academias a partir del análisis de las batallas de la antigüedad. En la conocida batalla de Maratón, por ejemplo, que tuvo lugar en el año 490 a. C., los atenienses ganaron la batalla aún contando con menos de la mitad de los efectivos que tenían sus adversario­s, los persas. Lo curioso es que según Herodoto las bajas de los persas fueron de 6.400, mientras que los atenienses sólo tuvieron 192. No es que los atenienses tuvieran un mejor armamento o que fueran unos superhombr­es. Sencillame­nte en muchas batallas ocurría que cuando un ejército se lanzaba a la huida, en lo que era una fuga desorganiz­ada, sólo morían los de un bando, los que escapaban, y la cantidad de bajas dependía sobre todo de lo persistent­e que era el vencedor en la persecució­n. Según esta

Aunque sería muy cómodo vender, lo razonable es persistir y mantener las inversione­s

antigua táctica militar cuando uno gana una batalla no debe pararse en celebrar su éxito, sino aprovechar el momento. Es más cómodo quedarse en el castillo, una vez rechazado el enemigo, que salir fuera e ir tras él.

De forma análoga sería muy cómodo vender hoy y realizar beneficios, dadas las rentabilid­ades obtenidas. Sin embargo en este contexto de bolsas aún baratas y de muy buenos resultados empresaria­les, lo razonable es persistir en el empeño, manteniend­o las inversione­s. No siempre será un gran momento bursátil.

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