La eficiencia energética puede tener premio
El Gobierno propone permitir la aplicación de un descuento de hasta el 20% en el IBI para los inmuebles que consuman menos energía.
Apartir del 1 de enero vivir en un edificio eficiente energéticamente podría tener recompensa en forma de descuento en el impuesto de bienes inmuebles (IBI) de hasta el 20%. Esta bonificación en el IBI nace a raíz de una enmienda a la tramitación de la Ley de Presupuestos del Estado para el 2016 presentada por el PP en el Senado, donde los populares cuentan con mayoría absoluta con lo que previsiblemente se acabará aprobando. Pero no sólo el PP votará a favor. Otros grupos políticos también parecen dispuestos a ello. Su aplicación final, en todo caso, queda en manos de los ayuntamientos, que son quienes recaudan el IBI y decidirán en última instancia si adherirse o no al descuento propuesto por el Ministerio de Hacienda.
Para establecer la rebaja se usará el certificado energético de los edificios, obligatorio para todo inmueble en comercialización (venta o alquiler) desde el 1 de julio del 2013. Este certificado clasifica los inmuebles en cinco categorías, de la A a la G, correspondiendo la primera letra a los edificios más eficientes y la última, a los menos. Así, los inmuebles más eficientes energéticamente que tengan la mayor calificación (A) podrán pagar un 20% menosdeIBI. Para los edificios de calificación energética B la bonificación será de hasta el 16%, y para los que tengan una calificación de C, alcanzará hasta el 12%. Los de calificación energética D podrán disfrutar de una bonificación de hasta el 8% y los de E, de hasta el 4%. Los inmuebles con una calificación energética de F o Goquenodispongan de certificado energético no podrán beneficiarse de ninguna bonificación.
Algunas empresas del sector ya han aplaudido la medida, como es el caso de la empresa de valoración y asesoramiento inmobiliario Tinsa. “Aplicar bonificaciones fiscales en función de la eficiencia energética de los inmuebles puede ser un camino muyefectivo para avanzar en la concienciación sobre la importancia de la eficiencia energética. Es algo que tenía que llegar”, afirma Luis Cañada, director de Consultoría Energética de Tinsa.
Otros, como Josep Linares, del Col·legi d’Aparelladors de Barcelona, creen que es una medida en la buena dirección, pero “absolutamente insuficiente”. “Beneficiará principalmente y en mayor medida a viviendas de una cierta calidad y propiedad sobre todo de personas de un elevado nivel adquisitivo”. Contrariamente, Linares opina que sí será muy útil para “fomentar la compraventa y el alquiler de inmuebles más eficientes y para que los certificados que se hagan sean de mayor calidad porque ahora habrá más alicientes para introducir mejoras encaminadas a subir posiciones en la clasificación energética”.
Por otro lado, Tinsa entiende que para alcanzar los objetivos ambientales marcados por Europa (que en el año 2020 se hayan reducido un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero, incrementado un 20% el uso de energías renovables y reducido un 20% el consumo de energía mediante la mejora de la eficiencia energética), son necesarias más medidas como esta que “contribuyan a promover que los propietarios en general se sometan al examen de la eficiencia energética”. Hasta ahora la Ley de Haciendas Locales sólo permitía rebajas para los inmuebles con instalaciones o sistemas que aprovechen la energía solar pero sin una mención específica a la eficiencia energética en los edificios.
VIVIENDAS MUY INEFICIENTES
Lo más importante, en opinión de Linares, es actuar en el parque de viviendas ya existentes, muy deficiente en materia de eficiencia energética. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía estima que el 58% de los edificios en España no cuentan con ningún tipo de aislamiento térmico. Otra prueba de la ineficiencia del parque de edificios ya existentes la encontramos en los certificados energéticos concedidos: sólo el 4,5% de las cerca de 250.000 certificaciones realizadas en Catalunya hasta enero del 2015 cuentan con una letra A,B o C, según el Institut Català d’Energia (Icaen). La mayoría, el 50,4%, pertenecen a la E; un10,4% tienen una F y el 24,1%, una G.
Entre dos edificaciones de iguales dimensiones y similares condiciones climatológicas, el ahorro energético entre una de calificación A y una de calificación Gpuede ser del 89%, según el Icaen.