Peligro para las constructoras
Dado el interés de las grandes constructoras españolas en las oportunidades de inversión en infraestructura en países emergentes como Brasil, la advertencia del FMI respecto al endeudamiento de las constructoras es especialmente importante. “El elevado nivel de apalancamiento-deuda como porcentaje de activosestá relacionado con subidas de la exposición a divisas y, además, este apalancamiento ha crecido más en un sector cíclico como la construcción y también en petróleo y gas”, advierte. “El aumento llamativo del apalancamiento en el sector de la construcción es mucho más importante en China y países de América Latina“, añade.
La subida de deuda denominada en dólares en el sector de la construcción en países como China, Brasil y Turquía es peligrosa, explica Adam Sandler de Oxford Economics en Inglaterra. “Una constructora factura siempre en la divisa local, es decir que no es como una gran minera o petrolera, lo que supone un elevado riesgo”. Es más, “al ser un sector cíclico, hay mas posibilidades de quiebras empresariales”.
En sectores como minería e hidrocarburos, la elevada deuda en dólares es menos peligrosa ya que suelen facturar en dólares. Pero estas empresas extractivas tienen su propio problema. El colapso en que está sumido el precio de las materias primas desde hace muchos meses. El precio del cobre, por ejemplo, que resulta crucial para las economías de países como Chile y Perú, hace más de un año que no registra un solo aumento trimestral, cosa que no había ocurrido desde el lejano 1996.
Casi todas las grandes constructoras apostaron fuerte por Brasil tras el colapso del sector en España. Aunque su propia deuda puede que no esté expuesta a la apreciación del dólar y la subida de tipos, el sector en su conjunto es vulnerable. La situación de las grandes constructoras en Brasil como Odebrecht o Andrade Gutiérrez ya empieza a tener tintes desastrosos. Su papel ha sido rebajado por las agencias de calificación por su involucración en el escándalo de sobornos en Petrobras y el frenazo de la economía que está poniendo en entredicho una serie de obras de infraestructura a tan solo nueve meses de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Pero hay indicios también de que las constructoras pueden ser muy vulnerables a la subida del dólar y de los tipos en Estados Unidos.