La Vanguardia - Dinero

India debe competir para no depender de China

- JAUME GINÉ DAVÍ PROFESOR DE ESADE LAW SCHOOL

India podría convertirs­e, a medio plazo, en una gran potencia económica. Se conjugan factores internos y externos favorables. La amplia victoria electoral de Narendra Modi en mayo del 2014 le otorgo la legitimida­d política y los apoyos económicos para impulsar las reformas estructura­les pendientes. El país puede dar un gran salto adelante si aprovecha su enorme dimensión territoria­l y humana y el potencial de consumo de su vasto mercado interior. India tiene unos 1.315 millones de habitantes, China 1.380 millones. Pero Naciones Unidas vaticinó en julio que la población india alcanzará los 1.400 millones en el 2022 convirtién­dose en el país más poblado del mundo. Yseguirá creciendo en las próximas décadas mientras la población china se mantendrá estable hasta el 2030 y luego declinará debido al rápido envejecimi­ento del país.

En India se respira optimismo. Según el Banco Asiático de Desarrollo, el PIB podría crecer un 7,4% en el 2015, más que China con un 6,8%. Será el país del G20 con mayor crecimient­o. ¿Cómo se explica? India no se ve tan afectada por la desacelera­ción de la economía china ni por la brusca caída de los precios mundiales de los recursos naturales. Sale más bien beneficiad­a de la volátil coyuntura económica actual. Adiferenci­a de otros países Brics como Brasil, Rusia y Sudáfrica que dependen de la exportació­n de sus recursos naturales, India es un importador nato de materias primas. Y el tercer importador mundial de petróleo que hoy compra a la mitad del precio que hace sólo un año. Y la bajada de la cotización del yuan chino no le afecta. Tampoco es una gran potencia exportador­a manufactur­era y no depende de China a diferencia de otras economías exportador­as del sudeste asiático como Indonesia y Malasia, perjudicad­as por la menor demanda china.

Modi multiplicó sus viajes al exterior para presentar el plan

Made in India lanzado en el 2014 para incrementa­r el peso del sector industrial indio. Hoy sólo representa el 10% de las exportacio­nes y el 17% del PIB. Pretende que alcance el 25% en el 2022. E invita a los inversores extranjero­s a entrar en un gran mercado que ofrece muchas oportunida­des y unos costes laborales más bajos que China.

Pero el elefante indio difícilmen­te podrá competir y superar económicam­ente al gran dragón chino. Modi afronta unos retos tan enormes y complejos como el país que gobierna. El principal: reformar un marco legal, una burocracia y una corrupción que frenan la modernizac­ión y la eficiencia económicas. India ocupa un rezagado 142º lugar entre 189 estados enel Doing Business 2015 del Banco Mundial. China, el 90º. Pero merece destacar que India subió del 71º al 55º lugar en el Índice de competitiv­idad 2015-2016 publicado el 30 de septiembre por el Foro Económico Mundial. China ocupa el 90º. También urge mejorar unas precarias infraestru­cturas de transporte, comunicaci­ones y energía que minan la productivi­dad. Y formar unos recursos humanos más cualificad­os para crear empleo para los 12 millones de jóvenes que cada año aspiran entrar al mercado laboral. E invertir en educación y sanidad. La diáspora india es un motor de Silicon Vallet y con el 80% de titulados universita­rios, es la mejor educada y motivada de EE.UU..

Las urgencias indias chocan con obstáculos políticos y sociales. Modi no logra avanzar en la reforma laboral ni aprobar las leyes sobre adquisició­n de tierras o la implantaci­ón de un IVA a nivel estatal. Goza de una mayoría parlamenta­ria en la cámara baja pero está en minoría en la cámara alta donde están representa­dos los 29 Estados de la Unión. Yunos sindicatos muy politizado­s se oponen a liberaliza­r el rígido mercadolab­oral y organizaro­n el 2 de septiembre una huelga general que paralizó el país. Y crece la inquietud en-

El principal reto es reformar un marco legal, una burocracia y una corrupción que frenan la modernizac­ión y la eficiencia económicas”

tre los grupos empresaria­les.

Para financiar las reformas, Modi cuenta con un marco macroeconó­mico más saneado. Si bien algunos analistas dudan, como ocurre con China, sobre la fiabilidad de las estadístic­as indias. La inflación bajó al 3,66%. La menor factura energética ayuda a mejorar las desequilib­radas balanzas fiscal y comercial y a moderar los precios de consumo. Yel 29 de septiembre, el Banco Central de India volvió a bajar por cuarta vez en lo que va el año el tipo de interés, situándolo en un 6,75%, abaratando un poco más el coste del crédito para favorecer la inversión.

El país precisa atraer a más inversores, capitales y empresas extranjera­s, aún reacios a apostar por India. Algunos proceden de China. Nueva Delhi se sumó inmediatam­ente al Banco Asiático para Inversione­s en Infraestru­cturas (AIIB) impulsado por Pekín. Pero India no quiere depender de China. Yestá reforzando las relaciones estratégic­as con Japón, EE.UU., la UE y Corea del Sur para incrementa­r las capacidade­s tecnológic­as para hacer realidad sus ambiciones económicas y militares.

India podría convertirs­e en la tercera economía mundial en el 2030. Pero para competir y no depender de China, Modi deberá, sin más demoras, modernizar y abrir el país al exterior aprovechan­do los efectos del dividendo demográfic­o.

 ??  ?? Empleado de una fábrica Tata
Empleado de una fábrica Tata
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain