Dalí, en su más puro estilo
La muestra de la galería Mayoral, comisariada por el crítico de arte Ricard Mas, está argumentada por una treintena de obras entre pinturas, acuarelas, collages, dibujos y esculturas, reunidas bajo el título de Dalí, maestro en metamorfosis. Esta exposición, además de significar el retorno del artista ampurdanés a Barcelona, donde hacía algunos años que no se exponían sus trabajos, es también el reconocimiento a una trayectoria que bajo su aparente complejidad dialoga con un amplio público, como demuestra que hasta la exposición de Velázquez en el Museo del Prado, la exposición del creador surrealista contaba con el récord de visitantes tras su exhibición en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid en los años ochenta del pasado siglo que ha sido reeditado la pasada temporada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía que ha acogido a miles de visitantes de todas las partes del mundo.
La obra más antigua de la exposición es Anatomías, datada en 1937 y que hace un cuarto de siglo que no participa en ninguna exhibición pública. Otra de las piezas más significativas de esta muestra es L’horta des Llaner( 1921), un óleo elaborado cuando el artista tiene sólo 17 años, pocos meses antes de su colectiva junto a artistas locales en la Sociedad de Conciertos de Figueres y a que se le encargue el cartel de las Fiestas de la Santa Creu de su localidad natal. Esta pintura plasma la mansión familiar en Cadaqués y es una de las iconografías que fue reinterpretada por el artista en trabajos posteriores.
Los seis dibujos de diseños de moda es la parte más curiosa de la exposición y sirve para demostrar el trabajo multidisciplinar de la creación daliniana. Los realizó en 1965, año en que Dalí llegó a un acuerdo con el fabricante de ropa de Wisconsin, Jack A. Winter, para diseñar una línea que incluía trajes de baño, ropa deportiva y piezas más festivas para la colección de otoño de 1965. Estos diseños se mostraron en París el mismo año dentro de una exhibición itinerante, pero nunca llegaron a producirse comercialmente.
La exposición de Mayoral ha sido organizada contando con la colaboración de la familia Descharnes, The Dalí Museum de Florida y amigos personales del artista. Sirvan las palabras que pronunció en Nueva York, cuando rompió un cristal de la galería en la que exponía como respuesta a lo mal colocadas que estaban sus obras para comprender su singular personalidad: “Declaración de la independencia de la imaginación y los derechos del hombre a la locura”. Ese ha sido su poder.