La empresa familiar ve un futuro más optimista
Escenario poscrisis alentador, con más confianza, mayor facturación, más internacionalización, proyectos de inversión y aumento de plantillas
Un escenario poscrisis alentador, con más confianza, mayor facturación, más internacionalización, proyectos de inversión y aumento de plantillas.
La crisis ya empieza a quedar atrás y el futuro se ve con esperanza. La empresa familiar, sin ir más lejos, es optimista ante el escenario próximo y presenta mejores indicadores de facturación, contratación o presencia exterior que la media europea. Eso es lo que dicen las conclusiones de la cuarta edición del Barómetro de la Empresa Familiar de KPMG que se acaba de presentar. Los datos que aparecen en la publicación revalidan la tendencia iniciada en los últimos semestres hacia la mejoría de las expectativas y evidencian el reflejo del cambio de ciclo en la estrategia de las empresas familiares.
Juan José Cano, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en España, no oculta su optimismo. “La empresa familiar española se encuentra en su mejor momento desde la primera edición del Barómetro efectuado en diciembre de 2013. Las expectativas de evolución económica y los principales indicadores de negocio son más optimistas que la media europea y plantean un escenario alentador para el próximo año”, afirma. “El futuro de la empresa familiar ya no es cuestión de supervivencia, sino de seguir creciendo de manera sostenida”, añade.
Ciertamente, los resultados que aparecen en el informe son esperanzadores. Así, un 54% de las empresas familiares españolas ha aumentado sus contrataciones durante el último año (el 46% en Europa), frente a un 25% de los encuestados que lo hizo en 2013 y sólo un 8% asegura haber reducido el número de empleados, frente al 16% en Europa. El futuro para la mayor parte de los encuestados se vislumbra prometedor, tras un año en el que el 70% de las empresas familia- res españolas manifiesta haber aumentado su facturación (frente al 58% en Europa) y solo un 12% afirma haber disminuido sus ventas netas (el 16% en Europa).
Otro aspecto que destaca Cano es que el estudio revela que los negocios familiares están aprovechando las oportunidades que ofrece la economía global, como demuestra que dos tercios de los participantes afirme que su empresa opera ya en mercados exteriores. Además, un 69% de estos ha aumentado su presencia internacional en el último año. Y, por supuesto, la mejora en la intención de invertir. Así, un 78% de los encuestados en España está planeando alguna inversión como parte de su plan estratégico. Este porcentaje se ha incrementado ligeramente en los últimos dos años. En cuanto al tipo de inversión que realizar, la actividad principal que desarrolla continúa siendo la máxima prioridad, con el 61% de las respuestas, seguida de la inversión en internacionalización y en diversificación, con un 33% y un 31%, respectivamente.
En este punto, Cano hace referencia a la ventaja comparativa que tiene la empresa familiar. “Lo más importante es que piensa a largo plazo. No está pendiente de los analistas financieros ni del mercado. El empresario quiere dejar a sus hijos algo mejor de lo que ha recibido y, por otro lado, está más acostumbrado a manejar recursos propios y reinvertir. En general, en estos momentos sus estructuras de capital son buenas y ello les da, por añadidura, gran capacidad de negocia- ción al acudir a buscar financiación para crecer”.
Puede sorprender también el brusco cambio que ha registrado la financiación. No hace tanto tiempo era la gran queja de muchas empresas y, en este informe, el 86% afirma que ya no ha tenido problemas en los últimos meses. Los bancos han abierto el grifo, sin duda. Ahora a los empresarios les preocupa más la inestabilidad legal y política.
Crecen los proyectos de inversión, con la actividad principal de la empresa como destino prioritario