Si la bolsa no cae..., ¿sube?
Esta pregunta no debe resultarle tan extraña a cualquiera que trabaje en los mercados. Incluso recuerdo que fue el propio ministro de Finanzas alemán el que dijo años atrás que los mercados suben o bajan. Luego, como en las últimas semanas hemos visto a las bolsas mucho más soportadas, surgiendo dinero en los intentos de caídas, lo lógico es esperar que haya continuidad en las subidas a corto plazo. Y me refiero a los próximos 6-12 meses.
¿Les parece una conclusión demasiado simple? ¿Y los fundamentos? Bueno, no se impacienten: ahora vamos a ello. Con todo, recuerden como tras las subidas de las dos últimas semanas la mayoría de los índices de bolsas desarrolladas han minimizado las pérdidas del año (S&P o nuestro Ibex ) o incluso ya están en positivo con subidas acumuladas del 5/10 % (Nikkei, Dax o el Cac). Además, hemos visto entrada de dinero hacia fondos de bolsa emergente… ¡por primera vez en muchos meses! Las encuestas siguen mostrando a los inversores muy desconfiados hacia el futuro, pero la mejora del mercado (y el potencial de rentabilidad que conlleva) se está imponiendo sobre los miedos. Pánico en algunos casos.
Por otro lado, pocos son los analistas que aluden ya a un cambio de tendencia a la baja en el precio de los activos de riesgo. Los que más se posicionaban en este sentido hace tan sólo unas semanas ahora simplemente callan. Ya saben el dicho: el que calla, otorga.
¿Qué ha cambiado para pasar del pesimismo anterior a la prudencia actual? Es cierto que los datos económicos en China están resultando algo mejores de lo esperado, pero se mantiene la incertidumbre hacia el futuro. Aunque también estamos viendo un primer impacto positivo en la economía y el mercado chino de las medidas tomadas por sus autoridades en los últimos meses, especialmente en términos de mayor liberalización económica.
Por lo demás, hay muchos rumores sobre nuevos planes de infraestructuras y nuevas medidas expansivas desde el Banco Central de China que se han traducido en un fuerte descenso de la inestabilidad de sus mercados. Y de forma di- recta, también de la propia inestabilidad de los mercados mundiales.
Sólo vean como el VIX en Estados Unidos se ha reducido a la mitad en las últimas semanas, hasta niveles ahora más aceptables (en términos de gestión del riesgo en la cartera) del 16 %. Este último dato es clave: niveles de volatilidad como los sufridos entre agosto y septiembre expulsan al inversor. Ahora, al menos, podemos ponderar el escenario económico y financiero.
Y, desde el punto de vista económico, los datos macro que seguimos conociendo muestran que la recuperación titubeante se mantiene mientras a nivel financiero volvemos a escuchar promesas de más medidas expansivas desde los bancos centrales. O se aplaza en el tiempo el inicio de la subida de tipos en el caso de la Reserva Federal de EE.UU.
Les entiendo: los resultados empresariales que estamos conociendo del tercer trimestre no animan precisamente al optimismo. Con apenas el 15% de los resultados del S&P conocidos, parece probable que los beneficios sean entre un 4 y un 5% inferiores a los del mismo periodo del año pasado. Y caídas similares en los ingresos. Pero, las bolsas miran siempre al futuro. Y un futuro que descuentan ahora con la continuidad en las caídas de beneficios, cuando a principios de año se manejaban subidas de hasta dos dígitos.
¿Mi opinión? Entre subidas del 10% y caídas ahora de 2,5% hay mucho margen. Me refiero, naturalmente, a sorpresas positivas. Una subida del 6% en los beneficios a nivel mundial el próximo año sería coherente en términos de precios relativos a una subida del 7-10% en las bolsas. ¿Demasiado optimista? Antes del verano hubieran considerado esta pre-
“Una subida del 6% en los beneficios a nivel mundial sería coherente a un avance del 7%-10% en bolsa”
visión incluso como conservadora. Como ven, los mercados son jueces y parte de la evolución económica.
Uno de mis analistas repite sin cesar que es preciso ser valiente en un momento como el actual. Yo le rectifico: siempre hay que ser valiente, pero con los pies en el suelo. Naturalmente que nos falta mucha información para calibrar el futuro, pero ¿saben algo que yo no sepa que les lleve al pesimismo? Al final, sean prudentes siempre, aunque esto no les debe llevar a mantenerse totalmente fuera del mercado.