De los caballos al taxi verde
La historia de los black cabs londinenses se remonta a mucho antes de la llegada al Reino Unido de los primeros vehículos de motor. Concretamente al año 1662, cuando la Corporación de Westminster emitió la primera licencia para un carruaje de transporte público tirado por caballos. Uber se queja ahora de la burocracia, pero ya entonces era notable, y establecía regulaciones diferentes para los “taxis” de dos caballos, dos ruedas y cuatro pasajeros, o de cuatro caballos, cuatro ruedas y seis pasajeros. Los taxis motorizados se adelantaron a los coches, y ya en 1901 circulaban unos carromatos eléctricos de la London Electrical Cab Company. Durante medio siglo convivieron los taxis de motor con los tirados por caballos, el último de los cuales desapareció en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial. Una curiosidad de los black cabs es que el círculo que han de hacer para girar es de ocho metros (menor que el de la mayoría de los coches), y ello se debe a que la entrada del hotel Savoy, en el Strand, es una pequeña rotonda en la que tienen que dar la vuelta, y en la que curiosamente se circula por la derecha en vez de por la izquierda, la única excepción en el país, para que los pasajeros que van sentados del lado del conductor sean depositados a la puerta misma del establecimiento. La nueva generación de taxis negros va a ser “verde”, no de color sino ecológicamente hablando, con motores eléctricos.