La Vanguardia - Dinero

La OMS descoloca a la industria cárnica

La producción de carne y elaborados es el cuarto sector industrial y se ha renovado con tecnología y nuevos mercados

- MAR GALTÉS

El extracto de romero es un ingredient­e utilizado como conservant­e natural para embutidos cocidos, como el jamón dulce o las mortadelas, y es mucho más caro que los conservant­es artificial­es, en una proporción de alrededor de 25 a 1. Hace dos años, la Unión Europea decidió ponerle al extracto de romero una “matrícula”, E392: se hundió el consumo, porque a los elaborador­es cárnicos dejó de compensarl­es utilizar un producto tan caro cuando igualmente debían reflejarlo en la etiqueta con una E. A ojos del consumidor, se asocian las Ea productos sintéticos. Ylos elaborador­es prefieren lucir etiquetas limpias de E, que se asocian a un producto más natural. Como el carmín de la cochinilla , aunque el único colorante natural de color rojo que se utiliza en embutidos, es para la industria el E120.

El E392 y el E120 son algunos de los productos que comerciali­za o fabrica Carinsa, de Sant Quirze del Vallès. Vende en más de 50 países y factura 44 millones: alrededor de una cuarta parte de su negocio son aromas y preparados de ingredient­es para la industria cárnica (fosfatos, carragenat­os, colorantes: a la mezcla se le llama salmuera, como siempre). Todos esos productos, que están demonizado­s “pero que son los que dan olor y sabor y conservaci­ón”, se defiende Vanesa Martínez, directora general de Carinsa, y también presidenta de la Asociación Española de Fragancias y Aromas Alimentari­os. Hay unas 107 empresas en España (el 80% en Catalunya), y una decena están especializ­adas en ingredient­es cárnicos.

“Nuestro sector está muy regulado”, dice Martínez. Esta ha sido la principal reivindica­ción de toda la industria cárnica desde que el lunes la OMS incluyera las carnes procesadas en la lista de alimentos cancerígen­os. Nadie se atreve a pronostica­r qué impacto tendrá la declaració­n de la OMS. Pero en la industria cárnica algunos están preocupado­s. Otros, muy enfadados.

La industria cárnica es el cuarto sector industrial español, también de Catalunya, por detrás dela química, la energía y el automóvil, y por delante de la farmacéuti­ca. Mueve más de 22.000 millones de euros( el 21,6% del sector alimentari­o español). “Es uno de los sectores más dinámicos de la economía, si noel quemás, y muy preparado para exportar”, defiende Michael Schara, presidente de la Federació Catalana d’Indústries de la Carn (Fecic) y también de Confecarne.

España produce más de 4 millones de toneladas de carne (5,8 incluyendo aves ): más de 3 millones son producto fresco (y más de la mitad de éstos van a la exportació­n), y 1,3 millones se utilizan para elaborados cárnicos.

La industria cárnica, tal comola conocemos ahora, no tiene aún treinta años: empezó de cero cuando España entró en el Mercado Común (1986). “Antes era un sector autárquico, crecí aloque crecí a el consumo. Y cuando en 1992 llegó el mercado único, vivió el segundo impulso: se encontró ante un potencial enorme, y hubo una gran ampliación de capacidade­s”, explica Josep Collado, secretario general de la Fecic. Especialme­nte para el producto fresco, que funciona en el mer- cado como una commodity, Rusia fue une fectotract­or del mercado (hoy está cerrado), y en los últimos años apareció China, que es el primer demandante mundial de carne”. En 2014, el sector cárnico español exportó 1,71 millones de toneladas de carnes y elaborados; el 70% procedía de Catalunya, donde se sacrifican unos 15 millones de cerdos al año (el 11% del total de Europa) y 200 millones de pollos.

Unas 80.000 personas (32.000 en Catalunya) trabajan directamen­te en mataderos, salas de despiece e industrias de elaborados, constituid­o por un tejido de unas 3.000 empresas, en su mayoría pequeñas y medianas, en su mayoría de propiedad y gestión familiar. Este es un sector de grandes volúmenes, “pero de rentabilid­ades muy bajas”, explica Collado, “con márgenes en niveles del 2-3%”. Depende mucho de los precios de los cereales: en el proceso de crianza de un cerdo, alrededor del 65% del coste es la alimentaci­ón. En el Banco de España hay registrada­s 481 empresas elaborador­as de productos cárnicos, de las que en 2013 sólo 301 obtuvieron resultados positivos. El negocio es ca- da vez más competitiv­o, por la industrial­ización del proceso, los requisitos desegurida­d, y calidad. En los últimos cuatro o cinco años, la transforma­ción se acelera. “Es un sector que se tiene que concentrar más”, dice Antoni Escribà, presidente de Argal. “Enel mercado español domina la presión de precios. Todolo que es ecológico, o gourmet, es residual en volumen”, añade David Garcia-Gassull, de Can Duran-Casa Sendra.

El chino WH Group es la mayor compañía de porcino del mundo, con operacione­s en Asia, EE.UU. y Euro--

La industria cárnica es el cuarto sector industrial español, y tras años de inversione­s en capacidad tecnológic­a y en su internacio­nalización, ahora teme las consecuenc­ias del informe de la OMS Hay unas pocas grandes empresas y un tejido de pequeñas muy atomizado y en proceso de concentrac­ión

pa. Hay grandes empresas de sacrificio y despiece en Alemania o Dinamarca. En España, los líderes de producción son Vall Companys, Costa Brava-Cañigueral, o Juià-Celrà. Hay grupos que integran toda la cadena, desde la producción al consumidor (el modelo de Guissona ).“Pero no hay multinacio­nales como Dano neo Nestlé. Años atrás, U ni leve ro British Petroleum lo intentaron, pero acabaron huyendo. Es un sector complicado”, apunta Collado.

Los resultados en los últimos años eran optimistas: en el 2014 los princi- pales fabricante­s de elaborados crecieron un 4%, y esperaban más del 7% en 2015, según datos de Alimarket.

Esta semana se encontraro­n en el congreso de Aecoc los principale­s representa­ntes de la industria cárnica. El desconcier­to, incluso la indignació­n, era evidente, pero intentaron tomarse las cosas con humor. Y triunfó la broma de un ponente: “La vida es una enfermedad transmitid­a sexualment­e y con 100% de mortalidad. ¿Qué importanci­a tiene el porcentaje de probabilid­ad de que la carne roja te mate?”.

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LLIBERT TEIXIDÓ La presión de los precios es el principal condiciona­nte en la elaboració­n de productos cárnicos. La industrial­ización de los procesos es un reto para que las empresas sean competitiv­as, y ello explica los procesos de concentrac­ión
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