Las empresas europeas, contra la salida del Reino Unido de la UE
El Brexit sería malo para todos pero especialmente para Gran Bretaña porque perdería el acceso al primer mercado mundial, el liderazgo de la City y capacidad de influencia política en Europa
Los participantes en los Encuentros en La Vanguardia coinciden en que una salida de Reino Unido de la UE sería algo muy negativo para toda Europa
Una eventual salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) sería algo negativo para todos, pero especialmente para la propia Gran Bretaña. Esta es la principal conclusión de los Encuentros en La Vanguardia celebrados hace escasos días para analizar las consecuencias del referéndum que el primer ministro británico, David Cameron, ha propuesto celebrar en el año 2017. Un 64% de los líderes empresariales de la Eurozona se muestran preocupados por el impacto que pudiera tener una victoria del sí en la citada consulta, según los resultados del estudio “Futuro de Europa 2015” realizado por Grant Thornton y presentado en el transcurso del debate.
Los participantes en los Encuentros en La Vanguardia fueron José María Frigola, CEO de Havas Media Group Iberia; Jo- aquim Gay de Montellà, vicepresidente, CEOE y presidente de Foment del Treball; Isaac Martín Barbero, director general de internalización de la empresa del ICEX; José Luís Porté, presidente de Meroil; Daniel Pruce, ministro consejero delaembajadabritánica en España; Ana Ribalta, directora de Corporate Banking Europe de Banc Sabadell y Miguel Torres, presidente de Bodegas Torres, convocados por Pere Guardiola, director general comercial de Grupo Godó y Álvaro Sanmartín, socio Chief Economist en Grant Thornton y fundador de Alinea.
Álvaro Sanmartín destaca que Grant Thornton, al igual que la mayoría de empresas europeas, defiende activamente una posición favorable a la permanencia del Reino Unido en la UE, “algo que también se explica –dice- por nuestro carácter de firma internacional, con presencia en 130 países con más de 40.000 profesionales, y por el hecho de que nuestra filosofía de servicio al cliente es ayudar en estrategias de crecimiento, que muchas veces pasan por la internacionalización”.
Daniel Pruce explica que estar en la UE indudablemente aporta ventajas pero también una cierta pérdida de soberanía nacional y más cargas administrativas para las empresas.“Desdehacecuarenta años –dice-, cuando los británicos votaron el ingreso en la UE, han cambiado mucho las cosas, ya queentonceserasolo unacomunidad económica. Enel Reino Unido existe verdadera preocupación por el rumbo comunitario, especialmente porque la Eurozona adquiere cada vez más importancia frente al resto de miembros y hace de la UE algo muy diferente de lo que era el mercado único. Es lógico que ahora se quieran replantear las cosas y que se haga necesario celebrar un nuevo referéndum, tal como propuso el primer ministro, David Cameron, en el programa electoral con el que se presentó en las pasadas elecciones generales de mayo”.
“El primer ministro –añadió Daniel Pruce- recibió un mandato delos británicos denegociar conla UE y ha propuesto cuatro áreas: la soberanía, la gobernanza económica, la competitividad y la cobertura de beneficios sociales. Esta revisión puede ser muy útil no sólo para Reino Unido sino para el conjunto de la UE, para su mayor competitividad y para su dinamismoen la creación de empleo”.
“Sobre gobernanza económica, el Reino Unido -explica- acepta queunamayorcooperacióneintegración es inevitable pero quiere garantías dequelospaísesdeleuro no perjudiquen a los demás socios. También plantea un marco global administrativo con menos trabas y una reforma del sistema de bienestar para frenar los abusos. Los partidos antieuropeos han ganado posiciones en toda Europa y la respuesta a este contexto político no es ocultar los problemas sino afrontarlos. Esto es lo que quiere hacer David Cameron con sus negociaciones con la UE”.
“Es bueno para todos que el Reino Unido se quede –afirma Álvaro Sanmartín-. Lo que corresponde ahora es tirar de espíritu constructivo y buscar acuerdos que permitan queseevite unarupturaqueno interesa a nadie. Eneste sentido, la solución de compromiso, con la que parecen estar cómodos tanto Francia como Alemania, así como el propio Reino Unido es ir a una especie de Europa de dos velocidades. Por un lado, dejar que el área euro aumente de forma decidida los niveles de integración económica y política, y por otro permitir que la UE fuera del euro se concentre en temas de integración económica, caminando hacia un mercado verdaderamente único, con una regulación suficiente pero no indebidamente intrusiva, y con énfasis en la reducción de cargas administrativas y en la apertura comercial. En este marco, desde Grant Thornton estimamos que existen soluciones factibles que permitirán atender las preocupaciones del Reino Unido peroquealmismotiemporespetarán elementos importantes para la UE, como la libre circulación de personas, evitando abusos en el uso de los servicios públicos, y la regulación en materia social y laboral”.
“Sin embargo podría darse la paradoja –dice Isaac Martin- de que el gobierno británico y la UE lleguen a un acuerdo para la permanencia, bajo nuevas condiciones, y que luego fuera rechazado en referéndum. David Cameron lo tiene difícil. Para los británicos, la UE es el enemigo común al que se culpa de todo lo que va mal, cuandonoesasí. El rechazo dela UE, en este sentido, tiene un gran componente emocional y populista, y esto es muy preocupante. Hace falta una gran labor de pedagogía para cambiar esta corriente de opinión mayoritaria”.
“Si enel referéndumtriunfase el Brexit –añade Isaac Martín- a Cameronseleabriría ademásunconflicto interno muy importante con Escocia, ya que exigiría nuevamente otro referéndum para votar de nuevo la independencia, que en ese caso muy probablemente ganaría”. El mismoriesgolocomparte también Álvaro Sanmartín.
“El 45% de las exportaciones de Reino Unido se dirigen a la UE –señala Joaquim Gay de Montellà–. Su salida de este gran mercado le perjudicaría mucho, porque no sólo tiene acceso ventajoso a un mercado de quinientos millones de personas sino que se beneficia también de treinta tratados de comercio preferenciales con otras tantas zonas comerciales. Ello podría provocarle también un im-