Recuperar el futuro
Existe la percepción de que no hay un proyecto económico y social para el país
Todos los sondeos de opinión colocan a la formación de Albert Ribera, Ciudadanos, como el partido bisagra para formar el próximo gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre “En España es más fácil hacerse rico con un amigo concejal de urbanismo que teniendo una buena idea”. Con esta escueta frase Luis Garicano me resumió lo que entendía como la “economía de amiguetes”. En su opinión, es la causa fundamental por la que existe una percepción generalizada de que no tenemos claro un proyecto económico y social para el país: “La auténtica transición económica pendiente es acabar con la cultura del pelotazo”.
¿La solución?: “Apostar por un modelo económico basado en la cultura del esfuerzo, la honestidad, la igualdad de oportunidades y que premie el esfuerzo y el conocimiento y en detrimento del amiguismo. Sólo así se podrá recuperar la confianza en que el futuro será mejor que el presente”.
Para el profesor de la London School of Economics y cerebro gris de Ciudadanos, “el problema institucional no se arregla cambiando a unos políticos corruptos por otros nuevos cuya limpieza se deba, simplemente, al hecho de que nunca han tenidountrabajoenelquehayanpodido demostrar si son honrados o no. Si después de la profunda crisis que estamos atravesando lo único que logramos es sustituir a unas elites políticas por otras nuevas que se supone car- gadas de buenas intenciones, habremos fracasado”.
Recuperar el futuro pasa necesariamente por una “profunda reforma institucional y educativa que nos permita salir del precario equilibrio en el que nos encontramos y avanzar hacia una sociedad que premie la meritocracia y la honestidad y donde la riqueza no dependa de las conexiones con el poder, sino del esfuerzoyeltrabajode cada uno”.
Esta es la idea central del libro de Luis Garicano y Antonio Roldán, Recuperar el futuro ¿Le puede ocurrir a Mariano Rajoy lo mismo que al líder del partido conservador inglés David Cameron? Es la pregunta que sobrevuela en los círculos de poder. Cameron también aparecía como el gran perdedor en las encuestas pero a la hora de la verdad volvió a ganar con una gran ventaja frente a los laboristas. Hasta ahora sus propios estudios reflejaban una pérdida de 50 diputados respecto a las elecciones de hace cuatro años en que obtuvieron 186 escaños. Sin embargo, desde que se agudiza el problema secesionista catalán, la situación le ha permitido al líder del PP tomar la iniciativa política y aparecer ante la opinión pública como el garante de la unidad territorial de España. nínsula), que en los próximos días será presentado y que a su vez es la base del programa económico de Ciudadanos, partido que preside Albert Rivera.
El libro tiene un interés especial en la medida que en todos los sondeos deopinión colocan a C’s como el partido bisagra para formar el próximo gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre. Es decir, una especie de partido Liberal Demócrata –conocido popularmente como Lib Dems– que pretende ser el corazón de la derecha y el cerebro de la izquierda.
Las encuestas le otorgan entre 35 y 55 escaños y le colocan en el centro del terreno del juego político. Esto le permitiría pactar tanto con el PP como con el PSOE. Aunque en teoría la coalición preferida para los entrevistados sería con los socialistas, lo cierto es que están muchomásenlíneaconloquepropugnan los populares. Sólo basta leer la Agenda Económica presentada recientemente porPedroSánchez y Jordi Sevilla para darse cuenta de las enormes diferencias que existen entre ambos partidos.
Pero las propuestas que contiene este trabajo son mucho más que un programa electoral. Si a estas ideas se añaden las que expuso Garicano en El dilema de España (2014), tenemos el cuerpo doctrinal o la hoja de ruta para articular unaauténticapolíticaregeneracionista que tome el relevo a la que se desarrolló durante la Transición. Como le gusta decir al profesor de la London School of Economics, “una revolución tranquila y viable que haga posible que el futuro de España se parezca más al de Dinamarca que al de Venezuela”.
Recuperar el futuro de España es un proyecto a largo plazo que va más allá de una o dos legislaturas, los autores proponen doce medidas concretas basadas en la experiencia de otros países y que han demostrado dar buenos resultados. Lógicamente esta profunda transformación de la realidad actual no se puede realizar ni por un solo partido ni en una o dos legislaturas. Por ello propone un gran pacto enlostemasestratégicos ode Estado como son la educación, la España y Catalunya viven dos realidades diferentes. Una clara mejora de la situación económica, que ya empieza a llegar a los ciudadanos de a pie, y un escenario político cada vez más crispado a causa de la proximidad de las elecciones generales del 20 de diciembre. En las siete semanas que aún nos quedan para los comicios, la tensión previsiblemente subirá hasta límites desconocidos y se centrará en Catalunya. La cuestión es si este venirse arriba dejará o no secuelas en el proceso de recuperación de la economía española. De momento, el malestar político no se refleja en la prima de riesgo, la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y el de Alemania. justicia o la reforma de la Constitución. “Creemos que es fundamental que la reforma constitucional convierta España en un Estado descentralizado de carácter federal”.
Dejan sobre la mesa unas medidas muy polémicas porque van dirigidas directamente contra los privilegios y el carácter corporativo que aún siguen existiendo. Entre las más destacadas, una nueva ley de partidos políticos que suponga una financiación transparente y una forma distinta de funcionar. Cambiar la regulación y el funcionamiento de los mercados para erradicar el capitalismo de amiguetes. Priorizar la reforma de la Universidad y la formación profesional para poder apostar por la economía del conocimiento. Una reforma laboral que apueste por el contrato único fijo para acabar con la actual precariedad laboral.
Para cambiar el modelo económico consideran imprescindible acabar con la politización de la justicia, de los órganos reguladores y de la Agencia Tributaria. No obstante, es importante señalar que rechazan la renta básica que defienden Podemos y el PSOE, proponiendouncomplementosalarial garantizado para los trabajadores con salarios más bajos, con el fin de sacar a siete millones de españoles de la pobreza. También discrepan con los partidos de izquierdas en la subida de impuestos.
La pregunta que queda en el aire es si la regeneración la pueden hacer sólo los nuevos partidos o si es necesario implicar al PP y al PSOE en esta segunda transición.