Crecimiento global: una visión empresarial
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, habla de la necesidad de que el G-20 colabore con las empresas para afianzar la recuperación económica global.
El actual panorama alentador debe ser contemplado dentro de un moderado optimismo, ya que subsisten adversas consecuencias de la crisis El papel del mundo empresarial es fundamental en cualquier escenario de crecimiento económico y creación de empleo
Las recientes revisiones al alza de los datos de crecimiento de la economía española son, sin duda alguna, una buena noticia. Las claras evidencias de recuperación son el resultado de las sucesivas reformas emprendidas por el Gobierno español para la mejora del mercado laboral, del marco fiscal y el apoyo al sector empresarial. Este panorama alentador debe ser contemplado dentro de un moderado optimismo, ya que subsisten aún adversas consecuencias de la crisis, como la tasa de desempleo, sobre todo entre los jóvenes.
Por este motivo, es preciso tomar decisiones a nivel global que permitan retornar a la senda del crecimiento y de la creación de empleo, con el objeto de corregir aquellos desequilibrios que lastran la recuperación y amenazan la estabilidad de las economías tanto de los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo. En noviembre se dará la circunstancia propicia para que tenga lugar un debate profundo y riguroso al respecto: la reunión en Antalya (Turquía) de los jefes de Estado líderes del G20 con la que culmina la presidencia turca del 2015.
El G20 está compuesto por las mayores economías mundiales, tanto consolidadas como emergentes, y representa alrededor de dos tercios de la población mundial, el 85% del PIB global y un 75% del comercio mundial. Se trata del foro más indicado para plantear los desafíos a los que la economía global se enfrenta en el momento actual y del que España forma parte como invitado permanente desde el año 2008.
El mundo empresarial no puede mantenerse al margen, dado su papel fundamental en cualquier escenario de crecimiento económico y creación de empleo, independientemente del sector en el que opere y de su tamaño. Esta es la razón última de la iniciativa B20 (Business 20), que reúne a las principales empresas de todo el mundo con el objetivo de colaborar con las distintas presidencias del G20, presentando una serie de recomendaciones en clave empresarial que son entregadas al G20 en la cumbre de sus Jefes de Estado. El B20 se convocó por primera vez durante la presidencia de Corea en el 2010 y ha aportado sus propuestas año tras año durante las sucesivas presidencias hasta la actual de Turquía. Desde los inicios, Repsol ha desempeñado un significativo papel en este proceso, aportando la visión como empresa española en los diferentes grupos de trabajo en los que hemos venido participando.
Las empresas por sí solas no pueden crear prosperidad y oportunidades sin el apoyo de otros actores fundamentales por lo que se precisa una íntima colaboración entre los líderes del G20 y las empresas para reactivar el crecimiento con compromisos que impulsen la actividad económica y la creación de empleo.
Este año, la presidencia turca ha introducido una importante novedad al crear el llamado International Business Advisory Council (IBAC), en el que participan destacados representantes del sector empresarial de los países del G20. Actualmente me cabe el honor de ser el representante español en este Comité, cuyo principal objetivo es vehicular el punto de vista empresarial a los jefes de Estado, colaborando en la restitución de la confianza en la economía global.
En este contexto, los miembros del IBAC han identificado cuatro recomendaciones clave, que giran en torno al impulso del crecimiento global:
1. Ratificación y aplicación de Acuerdo de Facilitación del Comercio (TFA en sus siglas en inglés) de la Organización Mundial del Comercio, que podría aumentar el PIB mundial en cerca de un billón de dólares así como crear unos 21 millones de puestos de trabajo. Desde el IBAC, se insta a sus líderes a ratificar el TFA y a trabajar con el sector privado para implementar las reformas en lo relativo a facilitar el comercio.
2. Mejorar el acceso de las pymes a la financiación. Existe una gran preocupación en el sector empresarial por la considerable reducción de los préstamos concedidos a las pymes en los países del G20 desde el inicio de la crisis financiera. Los nuevos modelos de financiación no han sido lo suficientemente ágiles como para compensar ese déficit, al estar constreñidos por las infraestructuras del mercado de capitales existentes. Desde el IBAC queremos llamar la atención del G20 para buscar un compromiso que mejore la oferta de financiación a las pymes.
3. Incrementar la participación de jóvenes y mujeres en el mercado laboral. En el 2015, se estima que la tasa mundial de desempleo de los jóvenes alcanzará un 13,1%, más del doble de la tasa mundial de desempleo general situado en un 5,9%. Al mismo tiempo, las mujeres presentan tasas de desempleo significativamente más altas que los hombres así como un mayor riesgo de inestabilidad en el empleo. Por tanto, la petición al G20 es la de plantear una estrategia integral que impulse la participación de jóvenes y mujeres en el mercado de trabajo mediante la colaboración y el intercambio de las mejores prácticas aplicables.
4. Establecer estrategias de mantenimiento y desarrollo de infraestructuras específicas de cada país y vinculadas a las aspiraciones de crecimiento del G20. Durante los próximos 15 años, se prevé que la brecha en infraestructura económica alcanzará los 15-20.000 millones de dólares. Reducir esta brecha requerirá una movilización sin precedentes de capital privado, por lo que los gobiernos deberían establecer una visión nacional creíble de los proyectos previstos para atraer inversores. Por ello, solicitamos de los países del G20 su compromiso para establecer objetivos específicos en cada país en el capítulo de gasto en infraestructuras.
El entendimiento mutuo entre sociedad, empresas y gobiernos sobre las prioridades que deben abordarse ante los retos de hoy y del futuro resulta fundamental para la recuperación económica. Ninguno de estos tres actores operando por si solo puede abordar las reformas precisas y se necesita una reflexión profunda sobre las aportaciones que cada uno puede realizar en beneficio de la causa común de un crecimiento económico sostenible acompañado de la creación de empleo inclusivo. El B20 ha profundizado en este ejercicio, poniéndose a disposición de la sociedad y de los gobiernos del G20 para colaborar en todo lo necesario de cara a esta importante reunión de Antalya.