Una vida de colores y tejidos en familia
Fundada por Ottavio y Rosita Missoni en la década de los cincuenta, es uno de los mejores ejemplos de empresa familiar de éxito a la italiana
Ottavio Missoni y su esposa, Rosita, se conocieron en Londres en 1948 a donde él acudió a competir en los 400 metros vallas de los Juegos Olímpicos y donde ella pasaba el verano en un campus para estudiar inglés. Ambos sabían de tejidos puesto que Rosita había trabajado para la empresa familiar (fabricaban ropa de cama) y Ottavio, además de haber sido atleta de éxito, había diseñado los chándals que el equipo olímpico italiano usó en Londres.
Unieron fuerzas y poco después de casarse, en 1953, pusieron en marcha su firma de géneros de punto en el pueblo italiano de Gallarate, en Lombardía, que, según publicaba el The New York Times de la época, proporcionaba las prendas hechas del mejor punto del mundo. Probablemente era cierto porque a principios de los años setenta ya se exhibían en el Metropolitan de Nueva York.
En1996, Ottavio Missoni (fallecido en el 2013, en un año terrible para la familia en el que también murió su primogénito Vittorio en un accidente aéreo) y su esposa Rosita dejaron la firma en manos de sus hijos. Era el momento de relanzarla y lo hicieron al estilo de otras casas con una estructura similar, como Gucci o Burberry. Angela Missoni asumió el protagonismo empresarial, pero siguieron con su apuesta de firma familiar por lo que desde entonces comenzaron a fotografiarse todos juntos en sus campañas, generalmente por Juergen Teller.
Se posicionaron de este modo como un clan poderoso y eso ayudó, además, a Margherita, la hija de Angela y la cara más visible de la tercera generación, a asu- mir el papel de embajadora de la empresa, tanto en el mundo editorial como en la virtualidad de las redes. Todo un acierto: la firma es una de las más deseadas por las amantes de la moda y las tendencias y Margherita se ha convertido en una it girl que muchas jóvenes quieren copiar. Y es probablemente la que mejor luce la moda de esta marca con carácter pero con una estructura pequeña. Son 250 personas las que mueven un volumen de negocio de 180 millones de euros. El secreto del poder global de esta empresa familiar, cuenta Angela Missoni siempre en las entrevistas, “se lo debemos a nuestros padres, que donaron a sus tres hijos las participaciones de la empresa al cumplir los 25 años”. Así es como han sido capaces de tener siempre al día el zigzag de colores que es el discurso estético de fondo de esta marca italiana fiel al buen punto y la tradición.
En España, Missoni volvió en el 2014 con su marca principal, aunque bajo el formato outlet. Fue a través de la apertura de sendos establecimientos en el centro comercial Las Rozas Village y en la Roca Village, propiedad de Value Retail. Allí vende con descuento sus colecciones de temporadas pasadas. La que sí tiene tienda propia en el mercado español es la segunda línea de la compañía. Se trata de M Missoni (de Valentino Fashion Group), para un público más joven y más económica, en el número 69 de la calle Lagasca, en Madrid.
En paralelo, Margherita Missoni creó recientemente su propia marca, con su nombre. Se trata de ropa infantil producida por Neige, una empresa con sede en Los Ángeles, que es independiente de la empresa familiar. Con un posicionamiento de gama media alta (cerca de 70 euros por un vestido), Margherita propondrá ropa para niños recién nacidos y hasta los dos años, y para niñas de hasta siete
años.