¿Adiós a los dependientes?
Los expertos predicen la pérdida de miles de empleos en el sector ‘retail’ debido a la automatización
La automatización y la sustitución del trabajo humano por robots se han convertido en asuntos ampliamente discutidos en los últimos meses. Para sus apologistas, son una fuente de oportunidades para el ser humano, una liberación de las cargas que suponen los empleos más exigentes físicamente; para sus detractores, constituyen una posibilidad cierta de que las sociedades se fracturen y de que menos personas puedan disfrutar de una vida estable. El famoso informe realizado por Carl Benedikt Frey y Michael Osborne, de la Universidad de Oxford, que diagnosticaba la desaparición del 47% de los trabajos en las próximas décadas, subrayaba que se abrían algunas puertas para aquellos puestos que aportasen mayor valor añadido, en general los vinculados a la informática, al conocimiento y a las relaciones personales, pero que el resto de la mano de obra estaba destinada a sufrir contratiempos serios.
EL EMPLEO SE DESVANECE
El reciente informe Transformers. How machines are changing every sector of the UK
economy, realizado por Deloitte, tampoco ofrece una visión optimista. Analizando el caso británico, señala que el 35% de los puestos de trabajo de las islas van a desaparecer en los próximos diez años a causa de la automatización, y que los del sector retail van a llevarse la peor parte.
Pero no hace falta esperar tanto: el empleo en la venta al detalle ya está desvaneciéndose, y cuenta con 300.000 empleados menos que hace 15 años. El desplaza- miento de las ventas hacia internet y la introducción de la tecnología para facilitar el autoservicio en los establecimientos son sus principales causas. Las tiendas on line cuentan con ventajas competitivas porque no precisan de un establecimiento físico y porque sus costes laborales son menores, además de aprovecharse de la tecnología, por lo que mucha inversión está trasladándose a ese campo.
Al mismo tiempo, también las tiendas físicas están utilizando algunas de sus técnicas, y tratan de hacer un buen uso de los datos para entender las preferencias de los consumidores y así tomar mejores decisiones en lo que se refiere a la distribución de sus productos, el personal necesario y la localización de las tiendas, y eso está reduciendo el empleo.
La Asociación de Retailers del Reino Unido (BRC) es más pesimista aún: en su reciente informe
Retail 2020: fewer but better jobs, señala cómo el número de los empleados en el comercio mino- rista continúa en descenso desde 2008, y advierte de que irá a peor a causa de los factores citados, pero también por la creciente presión respecto de los márgenes, por el incremento del coste en los locales y por la intensa competencia en el mercado en un momento económicamente complicado. Además, muchas tiendas físicas han dado el salto a internet a costa de invertir menos en las infraestructuras físicas. El resultado final es que en el Reino Unido hay 40.000 tiendas menos que hace diez años, y eso que hablamos del sector privado que más personas emplea, especialmente personas jóvenes que inician su trayectoria laboral en esta industria (uno de cada tres trabajadores tiene menos de 25 años).
¿Y EN ESPAÑA?
Los informes son muy pesimistas, pero cabría preguntarse si el diagnóstico para el caso británico no sería distinto del catalán y del español, dado que son sociedades diferentes y con un distinto nivel de arraigo de la pequeña empresa. Sin embargo, puesto que las características estructurales son similares para todo Occidente, y que los mayores problemas (competencia creciente, tendencia a la concentración, presión por los márgenes, incremento de los gastos fijos) son compartidos, es probable que las tiendas de venta al detalle españolas sean muchas menos, con menos empleados y peor pagados de aquí en una década.