Farreras, ¡un hito!

No lo ha tenido fácil Farreras; bueno, ningún informalista lo ha tenido mollar, ahora se admite todo, aunque sea a regañadientes, pero en los años cuarenta-sesenta era una travesía del desierto, sin pan ni agua, que duró una eternidad, a unos más que a otros. Con leves virajes, Farreras supo pronto lo que quería: comenzó con la pintura, ¡lógico!, enseguida pasó a las telas, papeles/collages y a la madera, que, con algún aliado más, ha sido la materia que le ha permitido expresar una elegancia prístina, infinita, pulcra.

La madrileña galería Lucía Mendoza presenta, hasta el 25 de abril, un conjunto de obra recentísima, alguna de este mismo año, sin desfallecer en su perfecta estética y en su técnica en busca de la plenitud. Maderas de mil formas y cromías, cuerdas, aros, telas, astillas, sirven a Farreras para reconocerse como autor y para permitir que el espectador se reconozca. El arte debe ser reconocible, si no, carece de interés, se aleja y se convierte en un producto críptico, elitista.

Francisco Farreras (Barcelona, 1927) es un hito en el informalismo español, como autor, como hombre de su tiempo, sin hacer ruido, que deja testimonio de una forma de aproximar al hombre a los enigmas de su vida y de sus sueños. Precios: de 3.600 a 36.300 euros.