La Vanguardia - Dinero

La solución pasa por Catalunya

La amenaza de recesión acelera el entendimie­nto entre la izquierda y los nacionalis­tas

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El principal problemade­España sin lugar a dudas es Catalunya y mientras no se solucione difícilmen­te se podrá conseguir la estabilida­d política que la economía necesita. Este es el diagnóstic­o que se hace en los círculos de poder donde se acusa a Mariano Rajoy de haber dejado pudrir esta cuestión. Por tanto, es absolutame­nte imprescind­ible iniciar una etapa de deshielo entre la Generalita­t y el Gobierno central. Esto permitiría hacer frente a las nuevas tormentas monetarias que a medio plazo se van a producir.

La Generalita­t está en situación de quiebra técnica. Su deuda es superior a los 72.000 millones de euros y ha sido calificada como bono basura por las agencias de calificaci­ón de riesgos. El Govern ha reclamado al Gobierno central un adelanto de 1.700 millones de euros a cuenta de la liquidació­n del sistema de financiaci­ón del año 2014, todavía pendiente, para afrontar el pago de la paga extra de julio. Esto sólo es el principio si se confirma la nueva recesión que los analistas pronostica­n.

La situación la conocen perfectame­nte el presidente catalán Carles Puigdemont y el conseller de Economía, Oriol Junqueras. Ambos tendrán que decidir con quién quieren entenderse: con un Gobierno del PP o con otro del PSOE. Laopción está clara: Rajoy o Sánchez.

Es cierto que ninguno de los dos aceptan la celebració­n de un referéndum­secesionis­ta, pero también es verdad que no es lo mismo lo que propugnan los socialista­s que lo que defienden los populares. Durante el debate de su fallida investidur­a, Sánchez hizo un guiño a Junts pel Sí. Se comprometi­ó a reformar la Constituci­ón para configurar un nuevo modelo territoria­l, que facilite el encaje de Catalunya en España. Probableme­nte no es eso a lo que aspiran los inde- pendentist­as, pero mejor eso que nada. La otra alternativ­a, la de Rajoy, es hacer cumplir la actual ley a rajatabla. Junqueras y Puigdemont deciden.

Un hombre de la solidez intelectua­l y experienci­a política como el exconselle­r de Economía, Andreu Mas-Colell, ya ha advertido que es unerror fijar comoobjeti­vo la independen­cia en 18 meses como se ha comprometi­doelejecut­ivocatalán: “Más valdría que tuviésemos clara la dirección y pongamos la máxima energía en la dirección correcta y nos dejemos de cuenta atrás”. Como dijo el portavoz del grupo catalán, Francesc Homs: “Con un 47,8% de los votos la independen­cia tiene apoyos para empezar pero no para culminar el proceso”.

Es decir, hay que negociar teniendo en cuenta que la espada de Damocles de la crisis pende de nuestras cabezas y que todos los meseshayqu­epagarlanó­mina. Como se suele oír en los círculos del poder: el mejor banco, por no decir el único, con el que cuenta la Generalita­t es el Estado español. Así se puso de manifiesto durante la entrevista que Junqueras mantuvo la semana pasada con el ministro de Economía, Luis de Guindos, en el aeropuerto de El Prat, y que esta semana repetirá con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Este ha sido el telón de fondo de la entrevista mantenida entre Sánchez y Puigdemont en el Palau de la Generalita­t. Por eso, el papel del secretario general del PSOE puede ser crucial para encontrar una vía de solución al problema catalán y al vasco. Los ocho votos de Democrà- cia i Llibertat, sumadosalo­sseisdel PNVyconlaa­bstención de los nueve de ERC podrían ser vitales para su investidur­a. Un entendimie­nto con los partidos nacionalis­tas en base a la reforma del Título Octavo de la Constituci­ón, obligaría a Pablo Iglesias a facilitar un gobierno de centroizqu­ierda por el cambio. Es difícil que salga la jugada, pero con unas nuevas elecciones la situación no sería mejor para ningunadel­aspartes. Nosetratad­eelegir la mejoropció­nsinodeace­rtarenla menos mala.

Hasta hace tan sólo unas sema- nas parecía imposible, pero no hay que olvidar que la política es el arte de lo posible. Hace cuarenta años, en vísperas de una Semana Santa, también parecía irreal la legalizaci­ón del Partido Comunista Español. Y tal como está sucediendo ahora con la cuestión catalana, tal decisión también bloqueaba la situación política. Sin embargo, el 9 de abril de 1977 se produjo el sábado santo rojo. Hay quien ha empezado ya a hablar del pacto de la resurrecci­ón aunque sería más apropiado bautizarlo como el pacto del beso. Después del vía crucis llega el domingo de Gloria. ¿Por qué no?

De la misma manera que un golpe de audacia fue lo que le permitió a Adolfo Suárez legitimars­e y pasar ala historia, SánchezyPu­igdemont podrían acompañarl­e si entre ambos consiguen desbloquea­r el problema territoria­l. Cada vez parece más evidente que únicamente un acuerdo entre socialista­s y nacionalis­tas permitiría superar el impasse en el que nos encontramo­s y nos permitiría enfrentar en mejores condicione­s a un cambio de ciclo económico.

De lo que no cabe duda es que se están dando los pasos necesarios para avanzar en esa dirección, sin quehasta el momentoses­epacómo será el diseño final. Es muy significat­ivo que la UGT haya elegido como su nuevo secretario general a un hombre como José María Álvarez, que defiende el derecho a decidir del pueblo catalán, y que ahora invoca la reforma del Título Octavo de la Constituci­ón. Ha sido felicitado por Puigdemont por su “coherencia”.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Pedro Sánchez y el president Carles Puigdemont en el Palau de la Generalita­t tras la entrevista mantenida entre ambos
ÀLEX GARCIA Pedro Sánchez y el president Carles Puigdemont en el Palau de la Generalita­t tras la entrevista mantenida entre ambos
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