Gobiernos atados de pies y manos
El riesgo de una recaída en esta agónica recuperación ha crecido desde la turbulencia financiera y bursátil de enero y febrero
Políticas potentes para la normalización. Es el título del nuevo informe sobre las expectativas financieras del Fondo Monetario Internacional (FMI). El informe recomienda que se adopte un conjunto de agresivas políticas, desde el mantenimiento de políticas monetarias expansivas hasta la acelerada consolidación de la banca, para evitar una nueva fase de la crisis. Sólo así se podrá salir de la twilight zone (la dimensión desconocida) de los tipos de interés cero o negativos y regresar a aquellos tiempo s distantes en los que el peligro era la inflación y no las caídas de precios.
El riesgo de una recaída en esta agónica recuperación ha crecido desde la turbulencia financiera y bursátil de los meses de enero y febrero que ocasionó un giro de 180 grados de los planes de la Reserva Federal de Estados Unidos para normalizar su política monetaria. Tras subir tipos en otoño del 2015, el poderoso banco central estadounidense ha dado marcha atrás consciente del peligroso impacto de cualquier subida de tipos para las maltrechas economías emergentes, sobre todo China.
Pero pese a tanta liquidez inyectada como adrenalina desde el año 2009, la economía global sigue creciendo a un ritmo raquítico, de poco más del 3%, una tasa de crecimiento que el antiguo economista jefe del FMI, Michael Mussa, calificaba como recesión. A la vez que se estanca el comercio mundial. Pese a abrir tanto el grifo monetario, el temor principal sigue siendo un estancamiento deflacionista, que dificultaría sobremanera la reducción de los niveles de deuda pública, que superan los de la Gran depresión.
Asimismo, el FMI insta a los países emergentes a adoptar “políticas ambiciosas” para resolver los problemas generados por el colapso de las materias primas y el peligro de que las expectativas de subidas de tipos en Estados Unidos genere fugas de capital y depreciaciones descontroladas de sus divisas. En China, donde crece la preocupación por una morosidad empresarial equivalente al 7% del producto interior bruto, el Fondo aconseja un paquete ambicioso de medidas para afrontar el problema de la deuda, fortalecer los bancos y mejorar el marco de supervisión financiera.
Si no se adoptan estas medidas potentes y ambiciosas, se corre el riesgo de que ocurra en su momento otro ataque de nervios en los mercados financieros que se sume a una economía raquítica. “Las perturbaciones en los mercados globales podría crear una situación aún peor que el estancamiento”, advierte el equipo de expertos financieros del fondo encabezado por el español José Viñals.
TERRITORIO SIN MAPA Pero el problema del llamamiento a los países del mundo a implementar “políticas potentes para una normalización con éxito” es que esconde una realidad cada vez menos aparente en la cumbre del antes poderoso fondo en Washington. Los Gobiernos están casi impotentes ante la posibilidad de una nueva crisis. Los tipos negativos constituyen un “territorio sin mapa”, confesó Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo. “Pero hay que pensar en el counterfactual: ¿qué pasaría si no los tuviéremos?”, añadió.
Al mismo tiempo, la política fiscal se ve fuertemente restringida en muchos países por el endeudamiento público y la percepción en los mercados de que no existe espacio fiscal (el FMI cree que hay más de lo que puede parecer). Cualquier endurecimiento de las condiciones financieras como la que ocurrió en enero, puede volver a hundir el apetito de riesgo y disparar las primas de riesgo de la deuda de las economías emergentes e incluso en países europeos.
Y es que en la economía enfermiza de la post crisis, los únicos seres potentes son los neuróticos mercados financieros.
El temor principal sigue siendo un estancamiento deflacionista, que dificultaría la reducción de los niveles de deuda La política fiscal se ve fuertemente restringida por el endeudamiento público y la percepción de que no existe espacio fiscal