España debe apostar por dar un gran impulso a la industria
Las sociedades industriales modernas garantizan la sostenibilidad social y medioambiental sobre la base de la innovación, los puestos de trabajo de calidad y el respeto al entorno
El país necesita focalizar su economía hacia el fomento de la industria. Es el llamamiento que hacen los participantes en la nueva edición de los Encuentros en La Vanguardia celebrados esta semana, en los que se ha puesto de manifiesto el escaso interés que demuestran las diferentes formaciones políticas por desarrollar una verdadera política industrial, dentro de marco de prioridades que se ha fijado la Unión Europea. En este sentido se ha destacado la necesidad de que el nuevo gobierno que se forme en España asuma el reto de apostar seriamente por la reindustrialización del país, ya que se están perdiendo posiciones en este ámbito a un ritmo grave y preocupante. En la citada edición de los Encuentros en La Vanguardia participaron Eugenia Bieto, directora general de Esade; Salvador Giner, sociólogo; Ramón Paredes, vicepresidente ejecutivo de Relaciones Gubernamentales e Institucionales de Seat y del Grupo Volkswagen en España; Andrés Carasso, delegado en Catalunya de Iberdrola y secretario general de la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico, juntamente con José Antonio Martínez Álamo, Chairman ICL Group en Europa y presidente de ICL Iberia, y Pere Guardiola, director general comercial de Grupo Godó, que actuaron como anfitriones del acto.
Martínez Álamo expuso que la sociedad ha olvidado los efectos po- sitivos y multiplicadores de bienestar que ofrece la industria.La apuesta por la reindustrialización del país, a su juicio, es el camino para superar el actual modelo económico, basado en demasía en empleos de baja cualificación, que provoca una alta tasa de desempleo, sobre todo juvenil, empleos precarios, salarios bajos, efecto llamada a la inmigración de poca cualificación y, como consecuencia, poca confianza en el futuro, freno a la natalidad y al consumo de bienes duraderos, lo que conforma un crecimiento frágil que pone en riesgo el mantenimiento de nuestra sociedad del bienestar en el futuro, incluyendo un sistema de pensiones adecuado.
El prestigioso sociólogo Salvador Giner incidió en la importancia de que el país en su conjunto desarrolle una mentalidad de sociedad industrial moderna, algo que debe empezar desde las escuelas y universidades. La gente debe entender que las sociedades industriales son las sociedades más prósperas, las que disponen de los mejores servicios públicos y, paradójicamente, las que mejor protegen el medio ambiente, como es el caso de Suecia, Dinamarca o Finlandia, países que puso como ejemplo de una mentalidad industrial moderna y equilibrada.
Martínez Álamo destacó, al respecto, que la industrialización posibilita la sostenibilidad como sociedad, en la medida que genera empleo de mayor calidad, mejor pagado, y propicia la integración laboral y la formación profesional de los jóvenes. “La industria –añadió– tiene una gran capacidad de inversión en investigación y en innovación. Además, en el ámbito de la Economía Circular, ofrece nuevas posibilidades de desarrollo de productos y servicios, al mismo tiempo que respeta al medio ambiente y se convierte en factor de competitividad global. Este potencial investigador tiene repercusión directa en la generación de nuevas oportunidades laborales, así como efectos multiplicadores sobre la economía, ya que posibilita el nacimiento y desarrollo de industrias auxiliares, con vi
sión a medio y
largo plazo”. Como ejemplo destacó que países líderes en la economía mundial como Estados Unidos o Alemania han centrado su recuperación económica en el tejido industrial y la innovación, en una apuesta clara por la industria en sus economías.
Salvador Giner destaca que las sociedades más prósperas del mundo tienen muy bien organizada la unión y colaboración de las empresas con las universidades y centros de investigación, al mismo tiempo que disponen de sistemas muy ágiles y eficaces para facilitar el emprendimiento de nuevas actividades. Todos los participantes coinciden con el profesor, especialmente Eugenia Bieto quien señala que hay que avanzar mucho más en España –y en Catalunya– en la relación entre universidades y empresas, así como por la creación de entornos que favorezcan la innovación, ya que es de ahí es de dónde pueden surgir nuevas ideas y proyectos que faciliten una mayor industrialización del país. Al respecto destaca un dato esperanzador: el 30% de los estudiantes de Esade quieren dedicarse a la industria.
Inciden todos los participantes en que para el desarrollo de la industria, a medio y largo plazo, resulta especialmente importante fomentar el espíritu emprendedor y empresarial en todos los niveles de la enseñanza, desde la primaria hasta la universidad.
Para Salvador Giner lo prioritario, en este sentido, sería mejorar la formación del propio profesorado y difundir el concepto de sociedad industrial. Cita, en este sentido, que las facultades de pedagogía ofrecen una formación muy mediocre.
Eugenia Bieto también destaca la importancia que tiene la generalización de fórmulas de financiación innovadoras que ayuden de una forma eficaz a los emprendedores. Para que pueda producirse un mayor desarrollo de la industria, el conjunto de participantes coincide en que es también fundamental el desarrollo de la formación de los trabajadores, para lo cual la formación dual -que justo ahora está empezando en España- es un elemento clave. Ramón Paredes pone como ejemplo al Grupo Volkswagen, que actualmente tiene 119 fábricas en el mundo –y que sigue trabajando en la construcción de nuevas plantas– y que antes de planificar las fábricas, como norma, programa la creación de escuelas para la formación del futuro personal que trabajará en ellas.
Todos los participantes coinciden en señalar el enorme papel que pueden desempeñar las grandes empresas que ya existen para impulsar la reindustrialización del país, tanto a través de fomentar la capacidad de emprender nuevas actividades dentro de las propias grandes empresas, como por su capacidad de ejercer de “tractoras” del resto de empresas. Hay pocas industrias que realicen esta función pero las que lo hacen son ejemplares. Ramón Paredes, en este sentido, destaca el papel que ejerce Seat como industria de industrias, ya que ha posibilitado que pequeñas empresas que eran sus proveedores se hayan convertido en grandes multinacionales del sector de componentes del sector de la automoción, como es el caso de Ficosa, el Grupo Antolín o Gestamp. Ejemplos similares de industrias “tractoras” de nuevas actividades son también el propio grupo ICL, líder mundial de fertilizantes, o Iberdrola, que es la primera empresa mundial de energía eólica, y cuyos representantes participan en el presente debate.
Andrés Carasso, a este respecto, señala que el fomento de la industrialización del país exige un claro apoyo a las grandes industrias que ya existen precisamente porque hay pocas y porque es muy importante la labor que pueden hacer para la generación de nuevas actividades. José Antonio Martínez Álamo recalca este punto e insiste en que los grandes proyectos industriales que hay en España deben tener más apoyo.
Ramón Paredes destaca, asimismo, que el 30% de la innovación que se produce en España procede de la industria y comenta, a este respecto, que las instituciones responsables de incentivarla han perdido fuelle y eficacia en los últimos años. José Antonio Martínez del Álamo reclama cambios fundamentales en la política fiscal para potenciar al máximo la innovación y el desarrollo industrial sostenible.
Ramón Paredes explica que en los países avanzados se está viviendo una nueva revolución industrial gracias a la creciente incorporación de las nuevas tecnologías en los procesos productivos y a la imperiosa necesidad de avanzar en la sostenibilidad medioambiental. Pone como ejemplo la gran apuesta que Alemania está realizando con la Industria 4.0 , y en España la planta de Seat en Martorell, que incorpora al máximo todos los avances de la digitalización, el internet de las cosas, el diseño en tres dimensiones y la nueva robótica.
Todos los participantes coinciden con Andrés Carasso en destacar que la clave fundamental de la nueva etapa industrial es la soste- nibilidad y al respecto pone como ejemplo a Iberdrola, empresa que se ha marcado como objetivo llegar al 2050 con cero emisiones de C02. Actualmente ya tiene el 65% de su capacidad instalada libre de emisiones.
Considera Andrés Carasso, asimismo, que pesan algunas amenazas para la reindustrialización del país, como son la fiscalidad, especialmente con respecto a los anuncios que hacen diferentes grupos políticos respecto a los impuestos del Patrimonio y Sucesiones sobre bienes afectos a actividad industrial, así como las leyes laborales, que dan idéntico trato a un artesano o pequeño autónomo que a una gran empresa”, y el exceso de burocracia que dificulta gravemente el normal funcionamiento de las empresas y las nuevas inversiones.