La Vanguardia - Dinero

Del pánico a una situación neutral

- JOSÉ L. MARTÍNEZ CAMPUZANO ESTRATEGA DE CITI EN ESPAÑA

Lo primero que aprendes al trabajar con los mercados financiero­s es quesubenyb­ajan. Yno necesariam­ente en este orden. ¿La clave para los inversores? Acertar más veces en su dirección de las que te equivocas. Y no es fácil. Pero esto ya lo saben ustedes.

Por ejemplo, ¿qué ha cambiado en las últimas semanas para que el S&P esté en máximos? Seguro que tienen algunas respuestas en la cabeza. Estas son las que se me ocurren a mí:

China ha dejado de inquietar: datos económicos mejores y el primer aumento de las reservas en muchos meses

El crudo ha dejado de caer: de hecho, pese al exceso deoferta y a las dudas sobre la demandaint­enta subir su precio

Los resultados empresaria­les son negativos: pero se había descontado un drama

Datos económicos ambiguos: la recuperaci­ón mundial aunque débil sigue adelante

Bancos centrales entregados: la ambigüedad del discurso a final del año pasado ha dado paso a una plena disposició­n a tomar medidas expansivas subordinad­a sala estabilida­d financiera.

En definitiva, del miedo y hasta pánico que sufrimos a principios de año pasamos ahora a una situación neutral. ¿Y después el optimismo? Piden demasiado, por el momento. De hecho, la incertidum­bre pese a todo lo anterior sigue siendo enorme. En Europa, Grecia, Portugal y Reino Unido… van a acaparar sin duda las portadas de los periódicos en las próximas semanas.

INCERTIDUM­BRE POLÍTICA

El contexto político en Europa no ayuda para que la tranquilid­ad sea completa. Y como mejor ejemplo nuestro país. Veremos qué decisión toman las autoridade­s europeas con respecto al déficit público. Y luego están los propios mercados, que suben y bajan en función del posicionam­iento de los inversores. Ahora están cortos de riesgo. Subir y bajar. Y en este caso me temo que la dirección sí puede ser la adecuada para su evolución en los meses previos al inicio del verano.

Al final, como ven, no soy ni negativo ni positivo a corto plazo. Comportami­ento lateral es lo que espero. Dehecho, la inercia al alza de las bolsas se puede mantener a corto plazo. De for- ma moderada, naturalmen­te. Espero que las divisas se muevan en el rango reciente (la monedaeuro­pea entre 1.11/1.148 dólares). Y también con relativa estabilida­d en la deuda soberana y spread de crédito. Aunquedees­toúltimo, los tipos de interés a medio y largo plazo, saben mucho más los bancos centrales. Ellos son una parte importante del mercado de renta fija en estos momentos. Es más, su actuación sigue condiciona­ndo el comportami­ento del resto de los activos financiero­s. Y que sea así por mucho tiempo.

¿Y más allá del corto plazo? Admito que me surgen incluso más dudas que las anteriores al plantearme esta cuestión. Por de pronto, temo que el escenario económico mundial que tenemos por delante sea peor al actual. Yyasaben cómo define el FMI la situación actual: frágil y desigual. No, no estoy pensando en China, las economías emergentes o en Europa. Realmente, me inquieta la propia economía norteameri­cana que tras más de cinco años de expansión se enfrenta a una desacelera­ción cíclica y hasta deseable. La fase bajista del ciclo sirve para reducir los desequilib­rios creados en la fase expansiva. El objetivo entonces es que sea una desacelera­ción moderada.

¿Qué alternativ­as tenemos a la economía de EE.UU. como futuro motor de crecimient­o mundial? Esta pregunta no tiene respuesta en estos momentos. Por otro lado, los ajustes económicos en China llevarán tiempo, las economías emergentes se enfrentan a cambios en sus modelos de crecimient­o y Europa… bien, Europa tiene sus propios problemas de crecimient­o potencial. Como también le ocurre a Japón. Pero, ya saben que la situación de Japón es diferente a la europea. Oal menos esta es la sentencia se ha repetido hasta la saciedad en los últimos años.

Gestionar el riesgo; así me respondían muchos inversores a principios de año, obligados a reducir el riesgo en sus carteras ante una inestabili­dad del mercado que no podían gestionar. Ahora, desconfiad­os, siguen sin recuperar posiciones. Sinceramen­te, lo harán más tarde o más temprano. Y esto es lo que me inquieta: que sea demasiado tarde. Aunque comparto totalmente sus argumentos a principios de año, la situación de aparente calma no invita a asumir un riesgo que quizás, probableme­nte, más adelante no se pueda gestionar. De nuevo.

No soy ni negativo ni positivo a corto plazo. Un comportami­ento lateral es lo que espero en la bolsa

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