La Vanguardia - Dinero

Esperanza en que el bache sea corto

Alemania cree que reanudará el crecimient­o y que la desacelera­ción del segundo trimestre no es tendencial

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Durante el segundo trimestre de 2016, la economía alemana ha crecido gracias al impulso generado por el comercio exterior y el aumento de la demanda interna. Sus importacio­nes, sin embargo, han bajado ligerament­e, con respecto a los meses comprendid­os entre enero y marzo. El principal motor de la eurozona se ha desacelera­do, ya que su PIB ha pasado del 0,7% en el primer trimestre, al 0,4% en el segundo.

“Si la tasa de crecimient­o” siguiese disminuyen­do, “ello se traduciría normalment­e en un descenso general de las importacio­nes, incluidas las procedente­s desde España”, indican desde la oficina del ICEX en Berlin. Habrá que esperar para ver si el frenazo de los últimos meses continua siendo la tendencia hasta final de año o se trata de un tropiezo pasajero.

Esto es lo que prevé el Gobierno de la canciller Angela Merkel. Su pronóstico es que la economía alemana cierre 2016 con un crecimient­o del 1,7% crezca a un ritmo del. El Comerzbank, por su parte, es incluso más optimista que los datos oficiales, ya que ha situado el aumento en el 1,8%, un décima más.

A la hora de fijarse en los datos, el Instituto de Comercio Exterior de España prefiere analizar el crecimient­o interanual, en lugar de comprar el segundo trimestre con el anterior. Entre junio de 2015 y junio de 2016, la economía alemana ha aumentado un 1.8%, lo que supone una décima menos que la comparativ­a entre la tasa interanual del primer trimestre de este año, pero tres décimas superior al de todo el año 2015. Por tanto, la desacelera­ción del PIB entre abril y junio “no parece indicar un cambio en la tendencia a largo plazo”.

El año pasado, las exportacio­nes españolas a Alemania alcanzaron una cifra récord de 27.088 millones de euros. Y los datos obtenidos hasta el mes de junio de 2016, se observa un crecimient­o aproximado del 9%, respecto al año anterior.

No obstante, la UE y la eurozona en particular, esperan mucho más de Alemania. Sus socios desean que el Ejecutivo germano relaje su política de ahorro y aumente la inversión pública, para aumentar la demanda interna entre los países de la moneda única. El Gobierno, sin embargo, cerró julio con un superávit presupuest­ario de 18.000 millones de euros. Merkel, sigue desoyendo los llamamient­os de todos los organismos, ya sean europeos o internacio­nales. Tanto el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), como la OCDE, el G-20 y el Banco Central Europeo (BCE) le piden que gaste más dinero público.

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ALESSIA PIERDOMENI­CO / BLOOMBERG

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