Francisco Uría
Más exigencias al sector bancario
Los fallos en la regulación y la supervisión que, junto a su mala gestión, provocaron la crisis de muchas entidades de crédito, dieron lugar a un fuerte endurecimiento de ambas, de modo que los bancos deben afrontar mayores requerimientos regulatorios en materia de capital, liquidez o endeudamiento. Además, se han establecido instrumentos que aseguran que, en caso de crisis, la resolución de una entidad podrá realizarse sin recurrir a fondos públicos.
Gracias a ello, los bancos europeos se encuentran ahora en una posición más sólida, como se ha reflejado en las pruebas de estrés de este año. Pero los requerimientos siguen aumentado y, en lo que queda de año, los bancos habrán de conocer dos elementos importantes.
En primer lugar, qué instrumentos deberán emitir para cumplir con el requerimiento de la normativa sobre resolución conocido como MREL, es decir, los instrumentos capaces de absorber pérdidas en caso de crisis bancaria. Por otro lado, tanto el Banco Central Europeo como supervisor como el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, como regulador bancario global, han fijado su atención sobre los llamados modelos avanzados que permiten determinar el capital de las entidades de crédito. El resultado de esta doble revisión podría terminar siendo una exigencia adicional de recursos propios.
Ninguna de estas iniciativas es, en sí misma, reprochable. Como tampoco lo es que el Banco Central Europeo parezca haber endurecido su posición frente a la presencia de activos no rentables en los balances bancarios. El problema es que todas estas exigencias no parecen tenerse en cuenta entre sí ni tampoco su efecto agregado en un plazo relativamente reducido. Todo ello viene a coincidir, además, con un contexto de baja rentabilidad bancaria derivada, entre otros factores, de la política actual de bajos tipos de interés.
Europa necesita financiación para crecer y crear empleo y, desde luego, la financiación no bancaria no será suficiente para conseguirla, por mucho éxito que pudieran tener las medidas contenidas en la iniciativa de la Comisión Europea conocida como Capital Markets Union. Además, la estabilidad del mercado financiero europeo necesita de un proceso de consolidación que, con esta incertidumbre, tardará en producirse.
Los reguladores llevan tiempo prometiendo estabilidad regulatoria y que los requerimientos de capital no aumentarán… sustancialmente (una palabra que genera, de por sí, suspicacias). Esa promesa no debería tardar en cumplirse por el bien de todos.