JOYAS PURISTAS Y ESENCIALES, PERO INFLEXIBLES
‘In line with’ Colección de joyas de Sara Malm | Precios: los brazaletes de madera y plata valen 1.100 euros y las sortijas de plata, 880 euros
Ana Domínguez Si se mira el cartel que anuncia la exposición In line with, de la joven joyera sueca Sara Malm en la Klimt02 Gallery de Barcelona (Klimt02.net), hay algo en la colección de piezas en la imagen que recuerda un juego de construcción, elementos sueltos, irreconocibles al neófito, que podrían estar sobre la mesa de un carpintero antes de encontrar su sitio en uno de sus trabajos artesanales. Por eso no sorprende saber que dice sentirse atraída por un edificio en construcción, por las coloristas señales, las marcas y líneas de limitación que señalan bordes en el terreno. De hecho, son sutilezas, pequeños pero certeros detalles que se trasladan y se advierten en su trabajo como joyera, a veces de un modo casi imperceptible. Un toque de color inesperado, un doblez del material, una línea que pierde su camino desviándose de la dirección original. Los detalles que hacen la diferencia.
Madera, cuero y metal (plata) son los materiales clásicos con los que le gusta trabajar, combinar, yuxtaponer, sumar, los que pueden hablar por sí solos, sin necesidad de elementos decorativos superfluos que les quiten su propia potencia. Son materiales que le aportan distintas cualidades, grados de calidez o maleabilidad, que Sara Malm sabe explotar y que pone en conexión con el cuerpo a partir de su manipulación mientras observa cómo interactúa con él. Manipula- ción, sí, porque Sara Malm tiene confianza absoluta en sus manos, a ellas les confía su método de trabajo, la minuciosidad y precisión que hay en él.
Sus joyas, de aspecto purista y que prescinde de lo no esencial, son casi esculturas cuando se depositan sobre una superficie plana, y adquieren una nueva dimensión cuando se acercan al cuerpo, quizá en parte porque se resisten a doblegarse a él manteniendo cierta distancia. Joyas que permanecen un poco tiranas de sus formas propias y envuelven el dedo, el cuello o la muñeca dando un rodeo pero no sucumbiendo a su primera necesidad. Función sí, pero no a cualquier precio. Pintura de color se aplica a los contornos subrayando siluetas, delimitándolas, y mientras tanto los materiales se comban en semicírculos y se engarzan unos a otros con elementos bisagra que permiten una transición fluida y sin accidentes. Sorprende la escasez de recursos empleados para lograr un estilo decididamente gráfico y que si es de una enorme sencillez, también es una expresión muy personal, una voz individual que esquiva la masificación y se afirma en su distintiva visión de la joya contemporánea.
Sara Malm se ha graduado recientemente en la HDK Academy of Design and Crafts de la ciudad sueca de Gotemburgo. Le queda mucho por decir, pero indudablemente tiene mucho potencial para desarrollar un vocabulario propio que ya se vislumbra en estas piezas.