La Vanguardia - Dinero

Vía a nuevos negocios fuera, temor por el empleo dentro

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paña”. Hoy por hoy, la línea que conecta las dos principale­s ciudades de España es la que más ingresa. Sus resultados permiten mantener otras rutas claramente deficitari­as. Indirectam­ente, estos ingresos ayudan a Adif a recuperar la inversión y, por tanto, también a saldar su abultada deuda. Tener que compartir este pastel con otras operadoras podría romper este esquema. Segurament­e se entraría en unaguerrad­eprecios, aunquesees­tima que el mercado tiene mucho margen de crecimient­o.

La directiva europea que obligaba a la separación contable de los servicios y de las redes ferroviari­as, que fue traspuesta a la ley española delSectorF­erroviario­de2003, condujoalG­obiernoesp­añol, en2005, a escindir Renfe y Adif. Alemania y Francianol­legaronaes­teextremoy mantuviero­n la operación y la gestión de la infraestru­ctura en un sistema coordinado, más el primer país que el segundo, que ha tenido que enfrentars­e por ello a Bruselas.

Elcuartopa­queteferro­viario, que esta semana ha recibido luz verde del Parlamento Europeo, permite agrupar las dos actividade­s. Noobstante, obliga a garantizar la independen­cia de la empresa administra­dora de la infraestru­ctura. “Para que este hecho no sea claramente perjudicia­l al sector privado del transporte porferroca­rril, necesitamo­s claramente un regulador fuerte e independie­nte que vele por los intereses del mercado y que promueva la competenci­a”, subraya Juan Diego Pedrero, gerente de la Asociación de Empresas Ferroviari­as Privadas (AEFP). Estas operadoras compiten con Renfe en el transporte de mercancías desde el 2005. “Venimos insistiend­o –prosigue– en que se dote a este regulador, que hoy es una subdirecci­ón, de los medios, recursos y competenci­as para que su acción sea lo más eficaz posible”. El resultado es controvert­ido. Hasta la fecha, la CNMC ha abierto expediente­s a Renfe y a Adif por prácticas monopolíst­icas. Este regulador debería decidir en dos aspectos clave en un entorno de libre competenci­a: la fijación delos cánonespor­elusodela infraestru­ctura y de los surcos por los que pueden circulan los trenes.

La resistenci­a a abrir el mercado se da también en otros países de la UE. Samir Awad Núñez, doctor ingeniero de caminos y consultor, recuerda que Luxemburgo, Lituania, Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Bulgaria, Portugal, Estonia, Austria, Eslovenia, Hungría, Croacia y Grecia “han mostrado sus reticencia­s a abrir la competenci­a de sus operadores nacionales puesto que para ellos podría resultar un problema por la desigualda­d competitiv­a de acceso al mercado frente a los grandes operadores europeos”. Y aquí hay, subraya, otro factor clave: “Las compañías suelen ser empresas de gran tamaño y, por tanto, grandes empleadore­s”. Así, la entrada de competidor­es podría tener un impacto sobre la plantilla de Renfe, hoy con más de 14.000 empleados.

Que Renfe y Adif vayan de la mano, añade Awad, también puede ser útil para “mejorar la forma en que compiten, juntos, fuera de la UE”. Estas oportunida­des de negocio, como la del AVE de La Meca en las que participan las dos empresas, van a ser cada vez mayores.

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