Dormir bien para rendir mejor en el trabajo
El especialista en el sueño Eduard Estivill recomienda dormir un mínimo de ocho horas, sin luz ni ruidos
El sueño no es algo que caiga del cielo mientras usted, directiva o ejecutivo, se tiende en la cama esperando que lo en vuelva, lo meza y lo desconecte durante unas horas. “El sueño se tiene que preparar; el sueño no viene de sopetón”, avisó días atrás con conocimiento de causa el doctor Eduard Estivill, fundador y presidente de la Fundación Estivill del Sueño. Le escuchaba atentamente una audiencia de ejecutivos de marketing, mayoritariamente femenina (14 mujeres y sólo cuatro hombres).
Si se desea tener plácidos des cansos para al día siguiente rendir como es debido en el trabajo, tiene que empezar, dos horas antes ir a la cama, a apagar los móviles y las tabletas y renegar de los correos electrónicos y de los watsaps. Es decir, a abandonar todas aquellas tareas que, aunque sea remotamente, lo vinculen al trabajo o a las que se hacen fuera del ámbito laboral. Actividades que se deciden poco antes de ir a dormir: responder en el grupo de las madres del cole o a los amigos y amigas del trabajo, decidir quién se queda con el coche o va a buscar a los niños, preparar la ropa del día siguiente... No es el momento; eso se tiene que haber hecho antes.
“Ya sé que cuesta mucho, que es muy difícil,” insistió Estivill, “pero hay gente que lo consigue y quien lo ha probado y desconecta admite que se encuentra mucho mejor... y se ahorra un montón de pastillas ”. Y encontrarse mejor se traduce, según este especialista en el sueño, a estar “intelectualmente más despierto”. Si se duerme mal, aumenta la irritabilidad y el malhumor, las emociones están más a flor de piel y se pierde concentración, se deambula por el trabajo con sopor e incluso se resiente la memoria.
Cuando empieza el crepúsculo, cuando baja la luz exterior, el cerebro empieza a fabricar más melatonina y nos empieza a preparar para el descanso reparador. Durante el día, la parte del cerebro más activa es la de la corteza cerebral. Si momentos antes de ir a dormir activamos de nuevo la corteza con ocupaciones estresantes o con quebraderos de cabeza, no le facilitamos el trabajo al cerebro. “Lo mejor que podríamos hace resalgo que notenganada que ver con nuestro trabajo, como coleccionar mariposas”, propuso Estivill, que provocó la hilaridad del auditorio.
Mientras dormimos, el cerebro “configura yorganiza todo lo queha aprendido durante el día”, explicaba. “Nuestros abuelos dormían de sol a sol y se levantaban con la luz del día. Laluz del sol es la mejor manera de despertar”, añadió el especialista. También conviene “establecer una rutina, unos horarios, tanto para ir a dormir como para levantarse” y el ambiente “ideal para descansar es no tener nada de luz y nada de ruido”, subrayó.
Además de estos consejos básicos, el doctor expuso otros: hacer un ejercicio moderado, especialmente por la mañana o a primera hora de la tarde y no por la noche, “porqueel deporte es unexcitante”. También hay que evitar las cenas copiosas; las comidasideales sonlas que mezclan pasta, verduras y lácteos. “Hayqueevitar las carnes y los guisos, porque contienen componentes alertígenos”, así como el café, el té o las colas con cafeína. Ysi se bebe alcohol, que la ingesta sea moderada: “El alcohol es relajante, pero da una pésima calidad del sueño”, precisó Estivill.
También es perjudicial tener alguien al lado que ronque: “Es fatal y se tiene que tratar inmediatamente. Pensad que en EE.UU. es una causa objetiva de divorcio si la pareja no poner remedio”, recordó Estivill entre risas y miradas de complicidad del auditorio, convocado por iniciativa de Mec True Knowledge. Al final, Estivill se vio rodeado de directivas, mayormente preocupadas por las disrupciones en el sueño de los niños y por cómo el hecho de tener niños interrumpe el sueño de los adultos.
Un mal descanso perjudica la memoria, la concentración y hace aumentar la irritabilidad Se aconseja abandonar los correos electrónicos y la tableta dos horas antes de ir a dormir