Nuria Beltran
Comerciantes y ayuntamientos unidos
Cooperación Ayuntamientos y empresas tienen que sumar complicidades para tener ciudades con una alta calidad de vida
Hace poco la asociación Barcelona Oberta organizó un encuentro con destacados empresarios del comercio y de la hostelería. Entre ellos se percibía el desgaste de sentirse mal vistos por una parte del estamento político que los asocia al capitalismo más depredador. Yno son infrecuentes los desacuerdos entre los ayuntamientos y los empresarios de estos sectores.
Los ayuntamientos quieren tener contentos a los votantes; los empresarios quieren generar riqueza; y los ciudadanos quieren tener calidad de vida, algo que es difícil de concebir sin salud y trabajo. ¡No hay nada contradictorio en este mix de voluntades! Para tener ciudadanos contentos, hay mucho de adelantado si tenemos empresas que generen buenos puestos de trabajo y paguen sus impuestos gracias a que tienen beneficios. La función de las administraciones públicas –en este caso los ayuntamientos– es crear condiciones favorables: no enfrentándose a las empresas, sino buscando puntos de coincidencia donde todo el mundo gane.
En el debate de Barcelona Oberta, algunos empresarios manifestaron el rechazo que habían encontrado cuando presentaban propuestas de mejoras de espacios públicos, a pesar de estar dispuestos a pagarlas porque ven un retorno para su negocio. Ysi eso crea puestos de trabajo, la ciudadanía también gana. ¿Por qué pues, se actúa desde la desconfianza como si empresas y ayuntamiento jugaran en bandos contrarios? Si los ayuntamientos quieren ciudades con calidad de vida y generadoras de riqueza, tienen que sumar complicidades.
Barcelona tiene un tesoro: recibe mucho turismo. Este puede crear riqueza para todos si lo sabemos gestionar bien al mismo tiempo que se minimizan algunos efectos no deseables. Entre empresas, entidades y Ayuntamiento se pueden diseñar experiencias turísticas –el cus
tomer journey map– que incluyan compras, hostelería, cultura y entretenimiento, en función de si la visita es por placer, negocios, salud...
El posicionamiento de Barcelona como una de las principales ciudades turísticas internacionales se ha gestado muy lentamente. Yes una fuente de riqueza que hay que gestionar con visión amplia, para que se reparta entre más capas de la ciudad y de su población; e incluso del área metropolitana y de Catalunya. Crear las condiciones para gestionarla y administrarla es un tema de interés común y, por lo tanto, una misión en la que el Ayuntamiento debe implicarse: no hacerlo por prejuicios es estropear un patrimonio que nos ha sido dado, y no tener presente el sentido de la responsabilidad cuando todavía tenemos tasas de paro de dos dígitos y familias en riesgo de exclusión.
Un proverbio chino dice: “Si quieres viajar rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”. El bien común es un viaje a largo plazo; y para hacerlo debemos trabajar partiendo de lo que nos une, sin hacer énfasis en lo que diferimos. ¡Barcelona y Catalunya bien lo valen!