La hora decisiva de un histórico
Dejando a un lado la privatización de Bankia, la principal incertidumbre actual en la banca española es el futuro del Popular, uno de los históricos siete grandes de los años ochenta, que vive ahora sus horas más bajas. El banco presidido por Ángel Ron ha sido el más castigado durante la crisis, en la que ha ampliado capital por más de 5.000 millones de euros para hacer frente a las ingentes provisiones derivadas de una tardía, ruinosa y catastrófica apuesta por el sector inmobiliario. El Popular ha podido hasta ahora con todo –incluida la absorción del Banco Pastor sin ayudas públicas– gracias a su marca, un negocio tradicional sólido y una gestión acomodaticia a los problemas que iban surgiendo en cada momento. Pero el coste que la entidad ha tenido que pagar ha sido elevadísimo. Desde julio del 2007, teniendo en cuenta las sucesivas ampliaciones de capital realizadas, el precio de la acción se ha desplomado en bolsa un 97%. En estas circunstancias, el Popular ha aprobado un plan de choque, el enésimo y quizás el más agresivo hasta hoy, para realizar un último intento por soltar lastre y mantener su independencia. La primera piedra del plan es la llamada desconsolidación de activos inmobiliarios, una operación que está ya acordada en lo fundamental con el Banco de España y la CNMV y que sólo está pendiente de los últimos flecos para materializarse. El Popular se desprenderá de buena parte de la pesada losa del ladrillo al traspasar 5.000 millones de activos a Sunrise, una sociedad cotizada en la que dará entrada a socios financieros. Junto con lo anterior, procederá a vender carteras de inmuebles, promociones y suelo por otros por 10.000 millones de euros. Con una red de oficinas optimizada después de los últimos ajustes, el banco confía en reducir costes en unos 175 millones de euros a partir del 2017. El objetivo es llevar la ratio de eficiencia –que mide cuánto cuesta obtener cada 100 euros de benefico bruto– hasta el 45%. Con el balance limpio, el capital en orden después de la última ampliación de 2.500 millones y la red y los costes alineados a la dimensión del negocio, el Popular debería remontar. ¿Será suficiente todo lo anterior para lograrlo por sí mismo? Aunque muchos expertos creen que no, aún no se sabe. De momento, lo único cierto es que se ha anunciado la convocatoria de una junta extraordinaria de accionistas para febrero en la que está prevista la salida del presidente, Ángel Ron, y su relevo por Emilio Saracho.