BALANCE DEL AÑO BREXIT, IDIOCRACIA, REGRESIÓN... Y CULTURA
Se dice en la prensa que las palabras del año 2016 han sido Brexit y posverdad. Brexit es una bonita palabra inglesa que indica que la Europa liderada desde Alemania y Bruselas no es aceptada por todos, que las islas británicas siguen siendo islas y que Europa necesita construirse culturalmente y con una flexibilidad que el euro no tiene. En cuanto al eufemismo posverdad... ¿No sería más claro decir directamente mentira? Y, por otra parte, ¿no estamos hartos ya de conceptos intelectualmente cursis con prefijo pos o post, acuñados por personas incapaces de imaginar un futuro mejor? Me pregunto a qué se debe tanto apego antimoderno a las pesadas inercias del pasado.
La mentira interesada que manipula al pueblo consentidor no la han inventado los autores de bulos de internet y bobadas virales. De hecho, es más vieja que la momia de Tutankamón. Y tenemos también ejemplos contemporáneos en aquel socialismo utópico degradado en dictadura de partido único, en los diversos falseamientos de la religión para justificar matan- zas terroristas o imperialistas, o en un irresponsable totalitarismo financiero que se hace llamar neoliberalismo.
Las palabras escogidas en los dos años anteriores (refugiados en el 2015, casta en el 2014) habían sido más claras, entendidas en sus contextos de privilegios políticos y de tragedias causadas por dictaduras y guerras. Con todo lo que ha pasado en el 2016 lo extraño es que la palabra del año no sea el neologismo idiocracia (el poder de los idiotas). La democracia, que se tenía que regenerar, resulta que ha degenerado. Regresión podría ser otra palabra del año. Y ahora las personas bien informadas sienten estupor ante la democrática victoria del impresentable Donald Trump.
Sin embargo, la mayor parte de las palabras más mediáticas describen efectos y no causas. Y las causas principales del desastre actual, me parece, bien podrían resumirse en dos palabras: desigualdad y barbarie. Su combinación es letal. Y si lo contrario de desigualdad es democracia verdadera, lo contrario de barbarie es la sabiduría, a la que se puede acceder por vía cultural.