Más volatilidad para el 2017
Algunos de los grandes riesgos anticipados al comienzo del 2016 se han materializado, siendo sus efectos en las cotizaciones efímeros. Ni el triunfo del Brexit en el referéndum británico, ni la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses han conseguido desestabilizar a las bolsas. Lo que no ha faltado ha sido una fuerte volatilidad. Los movimientos, de mínimo a máximo anual, han sido amplios, en torno al 20% en los principales índices, y se han repetido varias veces a lo largo del año, permitiendo interesantes puntos de entrada a los inversores en renta variable.
Los apoyos en caídas, al igual que el año previo, han venido de los bancos centrales (tipos bajos durante más tiempo) y por la constatación de que el ciclo económico global no está tan mal como sugerían los más agoreros. Los techos en la subida, un año más, han estado protagonizados por las dudas sobre el ritmo de crecimiento (China, Brexit…) y por el creciente riesgo geopolítico, que ha venido para quedarse.
De cara al ejercicio que comienza, la ligera aceleración del crecimiento económico global y la mejora en los resultados empresariales, junto con el mantenimiento de unas atractivas condiciones de financiación, deberían ser un apoyo para las cotizaciones. Aun así, el año 2017 estará marcado, una vez más, por una elevada volatilidad resultado de las numerosas citas electorales en Europa, las dudas sobre la implementación del programa electoral de Trump, y la creciente tensión geopolítica.
Previsiblemente se generarán interesantes oportunidades de inversión a lo largo del año aunque, de nuevo, habrá que ser muy selectivos en los puntos de entrada en el mercado y en la selección de valores.