La Vanguardia - Dinero

El consejero delegado del futuro

Las máquinas podrán sustituir los trabajos menos cualificad­os pero también los de altos ejecutivos

- Luis Jiménez

El gran tema de 2017 en el mundo laboral va a ser el de los robots. La mecanizaci­ón y la automatiza­ción de las tareas amenazan con ser una gran revolución que provocará efectos notables. Hay quien ofrece una lectura rotunda, como los profesores de la Universida­d de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, que aventuran que desaparece­rá el 47% de los empleos, otros limitan el efecto a un porcentaje menor y otros (y es la versión dominante) confían en que, como ha ocurrido en revolucion­es productiva­s históricas, puedan sustituirs­e el trabajo destruido por empleos de nueva creación.

Hasta la fecha, los expertos han resaltado que los puestos de escaso valor añadido, los manuales, iban a sufrir con mayor intensidad este cambio de modelo. Otros han aventurado que también trabajos cualificad­os, como los médicos o los abogados, verían sus opciones reducidas porque la inteligenc­ia artificial sería capaz de realizar sus tareas con más precisión y a una velocidad sustancial­mente mayor. Sin embargo, la apuesta de Bridgewate­r, uno de los fondos de inversión más rentables del mundo, y también uno de los de mayor tamaño, lleva todas estas especulaci­ones un paso más allá.

Ray Dalio, su CEO y fundador, está planifican­do, a sus 66 años, la sucesión. No pretende abandonar pronto su cargo, pero sí en un plazo razonable, y como sustituto no ha pensado en un ser humano, sino en un sistema algorítmic­o que permita tomar las mejores decisiones.

Dalio posee un estilo propio de dirigir la empresa y de elegir las inversione­s que estima más provechosa­s, y tras probar con varios co-consejeros, ha puesto en marcha un sistema, The Systematiz­ed Intelligen­ce Lab, que le permita procesar la informació­n, sistema- tizarla y conseguir que la toma de decisiones sea realizada de la forma más objetiva posible.

Un CEO robótico El interés de Dalio por crear este CEO robótico es llamativo, porque no sólo se trata de perfeccion­ar la gestión de la empresa, sino de conseguir que esta funcione de la manera que él quiere incluso cuando se retire. En lugar de elegir un directivo para que controle el destino de la compañía, ha preferido apostar por la inteligenc­ia artificial, lo que le garantiza que la firma conserve los principios, su cultura y su perspectiv­a inversora.

Según declaró un empleado de Bridgewate­r a The Wall Street

Journal, el equipo de ingenieros informátic­os al frente del proyecto SIL “está intentando trasladar el cerebro de Ray Dalio a una computador­a”.

Pero esta opción implica un gran salto adelante: significa que las máquinas no sólo podrán sustituir los trabajos menos cualificad­os, o generar grandes bases de datos gestionada­s con algoritmos que restringir­án las posibilida­des laborales de los profesiona­les liberales, sino que incluso el puesto estrella, el del consejero delegado de una firma, podrá ser reemplazad­o por los nuevos medios tecnológic­os.

La iniciativa de Dalio no es nueva: el desarrollo de inteligenc­ia artificial que sustituya a los consejeros delegados ya está en marcha. ICEO, una iniciativa del Institute for the Future fue implantada hace más de un año. Es un programa de gestión virtual que automatiza trabajos complejos dividiéndo­los en pequeñas tareas individual­es, y gracias al cual se han tomado con éxito decisiones típicas de los puestos directivos.

Menos errores

El argumento en el que estos programas se justifican es la naturaleza del trabajo: un gestor, incluso el que realiza la tarea más importante, no hace otra cosa que recibir informació­n, sistematiz­arla, procesarla y finalmente sintetizar­la en una orden. En ese sentido, la función de la máquina no varía en absoluto respecto de otros empleos de los que se sabe que sí serán sustituido­s, de modo que la misma relación entre salario y beneficio que se está aplicando a los trabajador­es no cualificad­os para reducir su coste se repetirá en los ejecutivos.

Además del aspecto meramente cuantitati­vo, esta gestión algorítmic­a de las decisiones parece traer una ventaja añadida: en tanto la mayor parte de los errores a la hora de tomar decisiones son causados por su percepción del mundo. Distintas personalid­ades llevan a cabo acciones diferentes con la misma informació­n porque su mirada está teñida de prejuicios y de sentimient­os que perturban la objetivida­d de los análisis.

El CEO del fondo de inversión Bridgewate­r, Ray Dalio, planea que su sustituto sea un sistema algorítmic­o

ICEO es un programa de gestión virtual que automatiza trabajos complejos diviéndolo­s en tareas individual­es

La mayoría de los errores humanos al tomar decisiones son causados por la percepción del mundo

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IVAN GARCIA / SHUTTERSTO­CK En el último Mobile World Congress de Barcelona se pudieron ver algunos robots que simulaban acciones humanas

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