La nueva normalidad
Mohamed ElErian avisa de que el papel de los bancos centrales está al límite y llega una encrucijada
Se aproxima un punto de inflexión que puede traer crecimiento fuerte e inclusivo o inestabilidad
Mohamed El-Erian fue consejero delegado de Pimco, la mayor gestora mundial de renta fija, y en estos momentos es asesor económico jefe de Allianz, la matriz de Pimco. Hijo de un embajador egipcio en Francia, nacido en Nueva York (1958) y educado en Oxford, acuñó para la economía de esta crisis el término nueva normalidad: bajo crecimiento, desigualdad creciente, disfunción política y tensiones sociales. Y eso pese a intervenciones masivas delos bancos centrales.
Pero ahora esa nueva normalidad, señala, se agota, los signos de tensión crecen y la ruta de la economía mundial puede interrumpirse pronto y bruscamente. Al acercarnos a ese punto de inflexión, lo impensable será cada vez más habitual y la in seguridad aumentará. Y, señala en su libro Lo único importante, ese punto de inflexión puede desembocar en un camino de crecimiento mayor e inclusivo y estabilidad financiera o un crecimiento débil con recesiones periódicas e inestabilidad. Y para entender lo quenosjugamos, observa el pasado, presente y futuro de los principales bancos centrales del mundo.
Unas instituciones aburridas que se han tenido que situar como las principales diseñadores de políticas y a menudo las únicas tras estar dormidas mientras se asumían irresponsable mente riesgos financieros. Experimentando, han salvado al mundo de una grande presión por artificial que haya sido el crecimiento y pese a que los motores subyacentes de la prosperidad sigan sin ser arreglados y además las economías emergentes se hayan debilitado. Pero la capacidad de los bancos centrales de sacar conejos de la chistera está llegando al límite.
Ypara un crecimiento sólido e inclusivo, dice, se necesitan políticas globales tras años de estrategias de crecimiento mal orientadas, con demasiada atención a las finanzas y poca a las inversiones genuinas en capacidad productiva. ¿Cambios necesarios? Larenovación delas infraestructuras, la modernización de la educación, la reforma del mercado laboral, sustituir estructuras fiscales anticuadas en las que abundan las distorsiones que favorecen a los ricos, que acumulan e impiden gastar a los pobres, un sobreendeudamiento que mina las energías productivas, arquitecturas económicas regionales e internacionales incompletas como la eurozona...
La mayor preocupación no debe ser una nueva fase inflacionaria sino la asunción excesiva de riesgos financieros, la asignación errónea de los recursos y las amenazas contra la estabilidad de los mercados. Tras una etapa de uniformidad pronunciada hemos entrado, remarca, en una época de mayor divergencia en el rendimiento económico de países con importancia sistémica lo que lleva a que los bancos centrales adopten políticas distintas y entraña peligros para el sistema monetario al no haber respuestas globales ni coordinación: la reconciliación recaerá en los tipos de cambio, lo que suele causar desastres. Hay inmovilismo, pero, concluye, sabemosquéhacer. Ysin resultados mejores que los actuales, nos arriesgamos a perder varias generaciones de crecimiento económico.