Las ferias, a debate (I)
Las ferias de arte son un elemento clave en la estrategia de las galerías, para la divulgación de sus artistas, su internacionalización y la conexión con el sector y los nuevos coleccionistas. Suponen un 40% de sus ventas y son el segundo canal más importante después de las exposiciones que montan en sus propios espacios. Pero recientemente están generando algunos debates que es interesante abordar.
En los diez últimos años se ha manifestado con fuerza una tendencia que parece imparable: el incremento espectacular de ferias a nivel global. De las 105 ferias del 2005 (contando contemporáneo, old masters/antiques y diseño) hemos pasado a 280 en el 2015. Un porcentaje de crecimiento exageradamente por encima del que han aumentado las ventas de las galerías en ese periodo, lo que está provocando una saturación. Como pasa con las ferias satélite, la última edición de Miami Basel atrajo ¡más de 20 ferias a su alrededor!
Las ferias marcan en buena medida el ritmo del mercado, de los coleccionistas y de los galeristas. Apesar de que tienen un fuerte carácter occidental –más de un 80% se concentran en EE.UU. y en Europa–, estos profesionales se ven arrastrados a un calendario frenético difícil de seguir, obligándolos a olvidar el espacio de la galería, y causando cierto cansancio.
Debido a la globalización del mercado, los galeristas deben asistir a las ferias donde los coleccionistas se han acostumbrado a descubrir nuevos artistas y a hacer sus adquisiciones. Las 22 ferias más relevantes atraen a más de un millón de visitantes al año, un mercado demasiado grande al que renunciar y que provoca un fenómeno perverso, en la medida en que no son los mejores espacios para mostrar los proyectos de los artistas ni para participar de las prácticas artísticas contemporáneas.
Las 22 ferias más relevantes atraen a más de un millón de visitantes al año