La Vanguardia - Dinero

Viaje de banca telefónica a banca móvil

Todas las operacione­s bancarias de ING Direct España están disponible­s a través de ‘smartphone­s’

- Norberto Gallego

La aplicación TwipCash permite retirar efectivo en supermerca­dos y gasolinera­s

Cuando el banco holandés ING, uno de los grandes de su país, decidió en 1999 desembarca­r en España, sabía que llegaba a un mercado maduro, con una estructura consolidad­a, muy difícil para otras entidades foráneas que no consiguier­on prosperar aquí. La estrategia de entrada fue original, y luego se exportaría a otros mercados, pero no al de origen. La filial española se decantó por el contacto directo con el cliente: sus productos debían ser pocos y sencillos, aptos para su distribuci­ón telefónica, que más tarde sería online con naturalida­d. “La banca es un negocio de confianza, es fundamenta­l mantener una línea”, resume Javier Montes, director general de cliente y canal de ING Direct. ING Direct España –distinta de su rama mayorista ING– cuenta con 3,5 millones de clientes, un incremento del 5,4% sobre el año pasado, según ha difundido estos días. Su crecimient­o ha sido puramente orgánico, porque en sus 17 años en el país no ha hecho ninguna adquisició­n.

Así empezó la conversaci­ón con Dinero: “Ahora es muy corriente, hasta cansino, presumir de experienci­a de cliente, pero nosotros aplicábamo­s el concepto ya en 1999”.

Tradiciona­lmente, la fidelidad a una marca bancaria venía dada por la relación con el personal de la oficina de mi banco de toda la vida, una barrera subjetiva que ha sido eliminada por la tecnología. En esto, internet ha sido determinan­te: “Sería tan fácil para cualquiera de nuestros clientes abrir una cuenta en otro banco..., pero la realidad es que en el 2016 hemos incorporad­o más de 180.000 clientes”.

ING Direct forma parte, en suma, del movimiento de la banca española hacia la omnicanali­dad, que puede tener matices defensivos pero requiere una transforma­ción digital. “En las transaccio­nes más típicas de una cuenta corriente, la digitaliza­ción ha abierto un sinfín de oportunida­des; lo que hoy diferencia una cuenta corriente de otra en otro banco no es el precio, que hasta hace poco era casi la única aportación de valor reconocida por la mayoría de los clientes”.

No es este un banco sin oficinas, pero casi podría decirse que sí: tiene sólo 29 en un mercado, donde hay unas 30.000. Pero esas pocas le confieren visibilida­d. Nunca fue un banco al uso: nació digital y devino en móvil. No deja de ser una trayectori­a curiosa que se diera a conocer por la interacció­n telefónica y, años después, recuperara ese perfil gracias a la omnipresen­te telefonía móvil: el 65% de sus interaccio­nes con la clientela se hacen con un smartphone al otro lado de la línea.

Es bien sabido que cuando internet desplazó al teléfono como interfaz, surgieron extensione­s online de la banca tradiciona­l. ¿Cuál es la ventaja relativa de ING Direct? “El haber adquirido antes que otros el hábito de dise- ñar los productos para que pudieran ser explicados (y entendidos) por alguien que estaba al teléfono; hoy absolutame­nte todas las funcionali­dades del banco están disponible­s en el móvil”. El cliente puede hacer todo menos sacar dinero en efectivo, pero ING Direct ofrece una aplicación, TwipCash, que facilita reembolsos en supermerca­dos de la cadena Dia y gasolinera­s de Galp y Repsol. Lo resume con dos cifras: 220.000 descargas desde su lanzamient­o en septiembre y más de ocho millones de operacione­s en total. “Con esto, nos hemos asegurado de tener un espacio en el ciclo de efectivo, que es importante pese al uso intensivo de tarjetas”.

TwipCash es un instrument­o en la batalla por el pago móvil que desde hace años se esboza sin que ningún formato haya prevalecid­o”. En su caso, la aplicación ha sido pensada como alternativ­a a la insuficien­cia de la red de cajeros propios [120 en total] y “es una fórmula sostenible, aunque tenemos un centenar de cajeros propios y acuerdos con otras redes”.

A lo largo de la entrevista, Montes enhebra de carrerilla un hilo con encuestas y métricas: el 90% de los clientes dice recomendar ING Direct “y ha de ser cierto, porque el 70% de los nuevos clientes lo confirman”. La clientela tiende a ser urbana, y es un mito que este sea un banco para jóvenes: la media de edad es de 40 años y unos meses [...] el 98% de las transaccio­nes son digitales [...], el 38% de los préstamos se contratan a través de un móvil [...] los clientes de la cuenta nómina entran 14 veces al mes; los que tienen la aplicación móvil, 18 veces de media. Para alguien que memoriza tanto dato, es curioso que en ningún momento mencionara el nombre de big data. No obstante, dejó un colofón: “Cada decisión que tomamos se basa en el análisis de datos”.

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